La pandemia nos cambió en muchos aspectos de la vida, lo que era normal ya no lo es y nos tuvimos que acostumbrar a vivir otra realidad. Muchas personas no pudieron cumplir sus sueños ya que surgieron demasiadas trabas. Este no es el caso de Camilo Furlan, quien con apenas 15 años, un teléfono y señal en un solo lugar a 200 metros de su chacra ubicada en Cerro Corá, consiguió los conocimientos para fabricar un sensor de humedad que sería utilizado en un sistema de riego para un lombricario.
Pocos fueron los días que Camilo pudo ir a la escuela a principio del 2020, entre el aburrimiento y sus ganas por progresar gracias a la ayuda del teléfono de su padre Juan Carlos, consiguió ver tutoriales y descargarse varios pdf que le mostraban como fabricar este aparato, que más adelante le abriría varias puertas a su familia en el ámbito de la agricultura y llegarían varios reconocimientos de distintos lugares.
Una de las primeras en mostrar admiración hacia el esfuerzo de un chico con intenciones de aprender con los pocos recursos que contaba fue la Escuela de Robótica la cual a los tres días de que se haya hecho público el experimento de Camilo se contactaron y fueron adonde se llevó adelante su idea. Le entregaron un kit de robótica y se consiguió a través de Marandú que la familia ya no tenga que internarse en el monte para conseguir señal, luego de que les hayan conectado internet wi-fi.
- Camilo y su padre Juan Carlos
Además, cabe destacar que desde la escuela le permitieron el ingreso a su aula virtual para seguir aumentando sus conocimientos y pondrán una sede en Cerro Corá para aquellos chicos que deseen estudiar, donde contarían con computadoras de última generación e impresoras 3D. Por su parte, la Fundación Ferrocarril del Nordeste Argentino también puso su grano de arena para este pequeño emprendedor obsequiándole una pantalla y una CPU para que pueda seguir investigando y llevando adelante sus propios sueños.
Luego de haber cumplido con su primer objetivo, fue el puntapié inicial para que Camilo junto al apoyo de su padre se animaran a realizar cada vez más proyectos y que suban la exigencia de los mismos. El próximo de ellos es fabricar un sensor de humedad y temperatura para sus pilas de compostado, las cuales están compuestas por materiales orgánicos, los residuos de camas de cerdos y de aves. «Las pilas a cierta temperatura y humedad necesitan ser volteadas, por ello lo más práctico es la utilización de estos sensores”, afirmó el joven emprendedor.
- El patio de Camilo
Otro de los proyectos que serán llevados a cabo por los Furlan es “colocar un sensor ultrasónico en una cisterna, la cual está ubicada en una vertiente y el rol que cumpliría es ir midiendo el nivel de carga de la misma, a través de un porcentaje”, señaló el padre de Camilo. Pensando más a futuro uno de los proyectos más avanzados que tienen en mente, es poder utilizar la temperatura de sus pilas de compostado para formar energía eléctrica.
“Nosotros todavía no terminamos de dimensionar el impacto que tuvo, hay amigos nuevos que aparecieron desde Suiza ofreciéndose a donarle a mi hijo soldadores de última generación”
“Vino en un momento muy particular de la provincia y del país en el cual están haciendo mucha falta noticias como esta. Estoy convencido que hay miles de Camilos, que son empujados a irse de las chacras que no pueden encontrar la oportunidad de poner en práctica lo que sienten y aparece la ciudad para cumplir sus sueños, es una mentira”, haciendo referencia al éxodo rural que sufren en los campos y según su opinión solamente sirve para engrosar las villas miserias.
Además de haber avanzado en la realización de sus proyectos, a la familia Furlan se le abrieron muchas puertas en el ámbito laboral con respecto a los trabajos que realizan en su chacra. “Estamos sobre pasados de oportunidades, la conectividad nos significó aparecer en un mundo que tenía mucha necesidad de buenas noticias, de contacto con la naturaleza y de lo que estábamos haciendo que es generar un restaurador de suelos muy potente como lo es el lombricompuesto”.
“Tenemos la oportunidad de comercializar todo lo que lleguemos a producir con grandes empresas. Hoy tenemos proyectado tener unas dos hectáreas más de lombricultura, lo que nos pondría prácticamente en ser uno de los principales productores de la región. También así aparecen otras necesidades para crecer en nuestro proyecto, lo que necesitamos es agua, por más de que la sequía termine, necesitamos una perforación” , dijo Juan Carlos, papá de Camilo. .
“A veces no es tanto un problema de oportunidades, incluso tampoco de plata, sino un motivo de algo que el corazón te lleve y te de la fuerza para seguir adelante. Uno se da cuenta que te lleva el corazón porque a pesar de pasar situaciones complejas difíciles de entender, uno es capaz de pasar todo eso y aprendiendo. Y si en algún punto de tu vida de deja de gustar, no tenes la fuerza para hacerlo, porque no dejarlo, y buscar algo que simplemente te haga feliz de nuevo”, finalizó el joven, queriendo dejar un mensaje a todos aquellos que no terminan de encontrar el entendimiento de lo que realmente les gusta.