La epidemia que no sólo espanta a los top y por la que habrá que tomar decisiones

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La Copa Davis vive tiempos de crisis. Desde hace rato. Y no sólo se debe a la ausencia de las principales figuras del circuito cada vez que llega un fin de semana de acción en una de las más fascinantes competencias por equipos que tiene el deporte en general. Las voces en contra van en aumento argumentando que el stress de cada serie es enorme, que los partidos son a cinco sets, que los cambios de superficie atentan contra una correcta preparación, que no hay dinero ni puntos a repartir para el circuito, que… Los cuartos de final que comenzarán hoy son otro ejemplo de que la Federación Internacional de Tenis deberá tomar decisiones claras. Y urgentes.

Mucho se habló en la previa del fin de semana de acción que se viene desde hoy de las ausencias de Andy Murray, Rafael Nadal y Jo-Wilfried Tsonga, por nombrar sólo a los tres top ten que no jugarán. Pero Gran Bretaña, España y Francia respectivamente, tienen jugadores como para que esos faltazos no se sientan tanto. De hecho, los tres países pueden conseguir sus pasajes a las semifinales. Y nadie podría sorprenderse con ello. Pero hay otros que sufren mucho más con la negativa a jugar de sus principales estrellas.

Es el caso de Canadá con Milos Raonic, de Bulgaria con Grigor Dimitrov y de Luxemburgo con Gilles Muller, por ejemplo. La última vez que Raonic jugó la Davis fue en 2015 -lo había hecho desde 2010- justamente cuando su tenis le dio destino seguro de top ten. El desgaste que la Copa le origina a un jugador de sus características motivó que en los dos últimos años les dejara a Pospisil, Dancevic y Shapovalov la responsabilidad de mantenerse en el grupo Mundial cuando Canadá podría aspirar a algo mejor. Bulgaria, por su parte, está jugando en el grupo IIIde Europa junto a países sin tradición tenística como Armenia, Islandia o Malta, entre otros;y en ello mucho tiene que ver la decisión de Dimitrov de haber dejado la Davis en el olvido en 2015. Antes de esa fecha, de todos modos, la estrella búlgara había jugado al menos una eliminatoria por temporada para que nadie lo criticara. Un caso similar, por último, es el de Muller, quien también no juega la Davis desde hace dos años. Su país, gracias a su presencia, estuvo en el grupo Ihace 10 años pero nunca más pudo quedar tan cerca de la elite.

Dominic Thiem, pese a sus 23 años, también decidió volcarse con exclusividad al circuito en esta temporada y desde hoy lo extrañará Austria en su match por llegar a los playoffs de septiembre para ascender al grupo Mundial. En el caso de Kevin Anderson los sudafricanos ya se resignaron definitivamente: no juega la Davis desde 2011 y por ello su país apenas tuvo su lugar en el grupo II en los últimos años. Igual que sus compatriotas con Anderson, a los japoneses no les gustó ni un poco que Kei Nishikori no estuviera ante Francia en la primera ronda. Su excusa fue que quería jugar en polvo de ladrillo. El poder del dinero todo lo puede…

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