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Hay colectivos pequeños que pasan por esas sinuosas callecitas. Hay diferentes tipos de autos. Hay casillas y casitas precarias. Hay transeúntes que caminan, otros que bajan escalinatas y otros tantos pasan en motos. Hay una peluquería a la calle y otros negocios que venden postales del lugar. Y hay también en las esquinas señores y señoras que andan con bolsitas en las manos ofreciendo piedritas de color blanco. Todo ello transcurre una tarde cualquiera de un barrio que no es como cualquier otro aquí en Medellín. En una de las paredes en el ingreso al lugar hay una imagen que dice mucho más que unas cuantas palabras: es la cara de Pablo Escobar, el narcotraficante más conocido del mundo. Es la cara que muchos aquí en Medellín veneran y que muchos otros -en Colombia- odian. En ese paredón en el que está dibujada la cara de Pablo Escobar hay una curiosa frase: “Bienvenidos al Barrio Pablo Escobar. Aquí se respira paz”.
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La frase hace ruido, sobre todo porque si algo no tuvieron los habitantes de este país, mientras se libró la guerra entre el Cartel de Medellín y el Estado colombiano, fue paz. Pero aquí, en este barrio la imagen que tienen de Escobar es otra. “Acá lo amamos a Pablo, él fue como un Robin Hood para nosotros”, asegura Andrés, un vecino del lugar que terminó de hacerse en 1984 y cuya construcción empezó luego de una visita de Escobar a Moravia (así se llamaba el barrio) mientras estaba de campaña política a principios de los 80. La zona se había incendiado y él juntó a otros financistas del narcotráfico pusieron el dinero para reconstruirla. Una vez finalizado y entregadas las primeras viviendas le puso el nombre de “Medellín sin tugurios”, el cual fue rebautizado por los vecinos por “Barrio Pablo Escobar”, en homenaje a su “benefactor” luego de que lo mataran, el 2 de diciembre de 1993, un día después de haber cumplido los 44 años, mientras trataba de esconderse de las fuerzas policiales colombianas y del grupo “Los Pepes”, el cual se creó con la misión de matar a Escobar. De la imagen de Escobar, en el barrio también se hizo un culto al consumo. Se venden cajas de fósforos, tazas, vasos, entre otros souvenirs, con su cara. “Por acá pasan muchos turistas todos los días”, cuenta Irina, una vendedora del lugar.
El barrio Pablo Escobar en, Medellin Colombia. Foto: Marcelo Carroll.
Al seguir caminando por esas callecitas, cuyas construcciones alrededor remiten a alguna villa de Buenos Aires o a una favela de Río de Janeiro, se pueden observar muchos graffitis verdes. Es que, al parecer, en el barrio Pablo Escobar, predomina la pasión por Atlético Nacional de Medellín. En un balcón se divisa una bandera de ese color con las inscripciones 1989 y 2016, los años en los que Nacional conquistó la Copa Libertadores. También hay un mural en una pared donde además del verde y de los números de los años está dibujada la Copa y las caras de los dos entrenadores que llevaron al equipo al título: Francisco Pacho Maturana (en 1989) y Reinaldo Rueda (en 2016).
El barrio Pablo Escobar en, Medellin Colombia. Foto: Marcelo Carroll.
Entonces, la pregunta cae de maduro. ¿Escobar era hincha de Nacional de Medellín? En el barrio aseguran que sí. “Por supuesto”, dice John, un vecino. Pero en otros lugares de la ciudad no están tan seguros. “Era del DIM”, expresa sin dudar Francisco, en un bar. “Lo que sucede es que él ponía plata en los dos clubes en la década del 80 cuando el fútbol aquí en Medellín creció”, cuenta David, un hincha del DIM que también asegura que en el DIM le tomaron bronca después de que Nacional ganó la Libertadores en 1989. Ese día, en el que el conjunto colombiano venció a Olimpia por penales, Escobar presenció el encuentro. Y también hay muchos testimonios que indican que varios jugadores de Nacional (que luego fueron la base de la Selección colombiana) eran invitados por Escobar a la famosa hacienda Nápoles. Por los partidos polémicos que hubo en aquella Copa, los hinchas del DIM le cantan a Nacional que “Pablito te la compró”, con la letra y el ritmo de “Se viene el tutá-tutá”, una canción del grupo musical argentino Los Auténticos Decadentes.
El barrio Pablo Escobar en Medellin Colombia. Foto: Marcelo Carroll.
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Entonces, ¿de dónde salen las dudas sobre el cuadro del que era hincha Escobar? De su propio seno familiar. Su hijo Juan Pablo Escobar, quien hasta hace poco residía en la Argentina, reveló recientemente: “Mi padre no era del Atlético Nacional, era hincha del DIM”. Lo dijo mientras hacía duras críticas a la serie Narcos, que cuenta la historia de Pablo Escobar. También su hermano, Roberto Escobar, alias Osito, contó alguna vez que mientras estaban refugiados en la selva, Pablo tenía una radio portátil en la que escuchaba los partidos del DIM. De hecho, hay una escena al respecto en la serie “El Patrón del mal”.
De todos modos, aquí nadie termina de confirmar de qué cuadro era hincha Pablo Escobar, el sanguinario capo narco. Era apasionado por el fútbol pero la incógnita sobre su cuadro es parte del mito en que se convirtió su figura.
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