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Como siempre sucede, la última imagen es la que queda en las retinas, la que se mantiene en la memoria, la que permanece en el disco rígido a la hora de trazar un análisis para poder pensar mejor en lo que vendrá. Y esa foto final mostró a un conjunto que, con una amplia diferencia obtenida en el marcador (24 puntos a sólo seis minutos del final), perdió la concentración producto del cansancio y se complicó más por un puñado de errores propios que por algunas virtudes ajenas. En el cierre se pagó el esfuerzo de un partido tremendo jugado al ritmo del Super Rugby y, además, en ese momento se sufrió con un hombre menos por la amarilla que recibió Lezana; pero también en ese epílogo colapsó el maul defensivo y el adversario aumentó exponencialmente su nivel cuando entraron algunos titulares (sobre todo un crack como De Klerk) que habían sido reservados y la calidad individual de ellos inclinó la balanza. Pero a Lions no le alcanzó con esa recuperación y Jaguares terminó celebrando su segunda victoria en tres presentaciones en el máximo torneo de clubes del hemisferio Sur. Y si sobre los triunfos se pueden armar los grandes proyectos, en definitiva bienvenida sea esa victoria por 36 a 24 conseguida en el debut como local en la competencia.
De todos modos la lectura debe ser más integral. Y tiene que abarcar los 80 minutos del partido. Entonces, ahí Jaguares fue un equipo superior. Y más sólido. Porque se apoyó en la conducción de Bertranou, que manejó con corrección a un pack en el que se lucieron Petti, Matera y Lezana. Porque Sánchez siempre intentó lanzar el juego. Y porque en defensa la dupla De la Fuente-Orlando le puso un candado a la mitad de la cancha.
Todas esas virtudes afloraron sobre todo en el primer tiempo en el que Jaguares mostró su mejor versión de los últimos tiempos. Aún sin brillos, aún con un scrum que no funciona más allá de las ausencias de los pilares titulares, la franquicia argentina mostró tackle, buen manejo con las manos, actitud, ataque, ruck y, sobre todo, un mayor oficio; es decir, todos argumentos que sirvieron para dar un paso adelante tras una gira sudafricana que, más allá de los resultados, dejó varios puntos en el debe.
En esa primera mitad Joaquín Tuculet y Ramiro Moyano llegaron al try gracias a buenos movimientos entre los forwards y los tres cuartos. En el primero el fullback apoyó tras una combinación entre Lezana y Cordero; y en el segundo fue el wing tucumano el que marcó luego de las puntadas que, con paciencia, obligó a dar Bertranou a sus delanteros.
Con el 21-7 en el arranque del complemento, Lions empezó a animarse con la receta que su entrenador Johan Ackermann le dio a un equipo que en su país es considerado “el menos sudafricano de los sudafricanos”. Entonces el subcampeón del Super Rugby empezó a buscar los huecos con su juego de manos y el ingreso paulatino de los titulares (entre el pack sólo jugaron de entrada Ferreira y Whiteley) complicó a Jaguares aunque mucho después que Jerónimo de la Fuente y Nicolás Sánchez llegaran otra vez al ingoal tras sendos pases del propio apertura y de Cordero, respectivamente.
Jaguares subió el tercer escalón y, a diferencia de lo que sucedió en su primera participación en el torneo, ahora transita su camino por el Super Rugby con un perfil más bajo. Nadie habla de una clasificación a los play offs; mucho menos de llegar a una lejana final. La idea es ir partido a partido. Y dar siempre pasos hacia adelante. El de ayer fue uno de ellos.
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