Un doble medallista olímpico entrenará a Lange-Carranza

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“¡Ey, Santi! ¿Cómo andás?”, grita primero un barquero. “¡Hola Ceci!”, desliza otro navegante que prepara su embarcación. La pareja que lentamente acerca su barco al galpón del Club Náutico de San Isidro, luego de tres intensas horas en el agua, se ríe y saluda con la mano. Primero desciende Cecilia Carranza Saroli de su catamarán, pero el que asoma detrás no es el campeón olímpico. Desde lejos, Juan de la Fuente, alto, flaco, haciendo de timonel con la rosarina, y hasta con la misma mirada amable y simpática, parece Santiago Lange. Pero esa no es la novedad: el doble medallista de bronce en Sydney 2000 y en Londres 2012 en la clase 470 es el nuevo entrenador de la dupla dorada en Río 2016 y, con un café cortado de por medio, dialoga con Clarín a orillas del verde que recorre la costa del Río de la Plata.

-Hace un par de meses te preparabas para competir en Río de Janeiro con Lucas Calabrese en la clase 470 y ahora estás planificando la campaña de Cecilia y Santiago para Tokio 2020. ¿Cómo se dio todo?

-Antes de que empezaran los últimos Juegos, no sabía si iba a seguir navegando. Mi rol en el bote se había tornado demasiado físico, así que con 40 años y cinco Juegos Olímpicos encima, ya tenía un pie más afuera que adentro. Tuve muchas ofertas para seguir, pero el golpe anímico después de que el ENARD nos sacara la beca por el mal resultado en Río fue lo que me empujó, entre otras cosas, a aceptar la propuesta de Santi.

-¿Cómo te propuso ser su entrenador?

-No fue la primera vez. Después de Beijing 2008, donde yo no tuve un buen resultado, él creyó que no iba a querer navegar más. Me propuso trabajar con él, pero a mí todavía me quedaba resto y le dije: ”Soy joven todavía, voy a seguir compitiendo”. Pero esta vez fue distinto. Es un gran desafío.

-¿Qué podés aportar para que Lange tenga tantas ganas de trabajar con vos?

-En la náutica la cuestión pasa por si tenés sensibilidad y talento o no. Y si conseguiste dos medallas, puede ser que tengas eso. Por más que yo estaba en otro barco, él veía la intensidad con la que laburábamos nosotros. Creo que es mi filosofía de trabajo lo que más le interesa a él. Ellos no necesitan que alguien les diga las cuestiones técnicas, porque ya las saben. Necesitan alguien que empuje y motive, porque después de haber conseguido todo, su apuro pasa por reinventarse y relanzarse.

-¿Cuál es la función de un entrenador?

-Ser los ojos de ellos. Mirar lo que ellos no pueden ver desde adentro. Observar cómo se mueven en el barco, cómo llevan la vela y cómo se mueven los demás. Y en tierra, básicamente todo. La náutica demanda mucho trabajo de mantenimiento y de armado de la embarcación, que es sumamente relevante. Y mi idea es aliviarle el trabajo a ellos. Desde transportar el barco, las velas, medir el mástil, llevar registro de todo y hasta filmar. Además se sumó Fernanda Sesto, que desde Italia se ocupa más de la logística, que era una tarea que Ceci se cargaba al hombro. Nuestra idea es que ellos se enfoquen en el agua y descomprimirlos del resto.

De la Fuente estaba compitiendo en Río cuando Lange y Carranza consiguieron la mayor hazaña en la historia de la vela argentina. Se bajó de su barco y con la misma ropa se puso a correr. Llegó cuando les estaban dando la gloriosa medalla de oro. Al recordarlo con ojos vidriosos, desliza: “Yo viví toda la enfermedad de Santi con él. Me preguntaba si operarse o no porque tenía miedo de no volver a competir. Pero en este deporte hay miles de contratiempos y él se lo tomó como uno más. Lo que más me emocionó fue que haya logrado lo que venía persiguiendo desde hacía más de 30 años”.
Aquel 16 de agosto, en la Bahía de Guanabara, “Camino” se consagraba como el catamarán campeón de la clase Nacra 17. Juan de la Fuente, con los pies sobre la tierra, como él confiesa, quiere ser el comandante que navegue, con Tokio como horizonte, a la nueva nave, a la que si bien no tiene nombre, ya apodan “Voladora”.

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El dolor de perder la beca por un mal resultado

Juan de la Fuente se quedó sin becas después de un mal resultado en Río 2016.Foto: Silvana Boemo

“Parece que no importa si conseguiste dos medallas olímpicas en tu carrera”. Juan de la Fuente deja adivinar su desilusión tras haber sido despojado de la beca deportiva que otorga el ENARD por su mal resultado en los Juegos Olímpicos. “Nos sacaron casi todo el apoyo, porque están aplicando un sistema nuevo con la repartija de becas. Ya no nos tienen en consideración por más que seamos medallistas olímpicos“, comenta el ocho veces ganador del Campeonato Argentino y dos veces del Sudamericano en la clase 470.

De la Fuente, junto a su ahora ex compañero Lucas Calabrese, fue uno de los tanto que sufrió los cambios notables que arrojó el listado de becados emitido por el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo en noviembre pasado. “No sólo el ENARD, sino el COA y la Secretaría de Deportes nos quitaron el apoyo, aunque esta última fue la que más nos bancó. Pero igual, no fue un apoyo manifiesto -explica-. El golpe anímico de no tener más la beca no es para nada lindo y no te da ganas de arrancar nada nuevo como deportista“, remata De la Fuente

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La felicidad de Lange y Carranza Saroli

Santiago Lange y Cecilia Carranza posan con la medalla de oro durante los Juegos Olimpicos de Río 2016.Foto: Maxi Failla

Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli valoraron con optimismo, en diálogo con Clarín, la incorporación de Juan de la Fuente como su entrenador de cara a Tokio 2020. “Para nosotros es una gran motivación contar con un entrenador con el nivel de Juan. Es alguien a quien admiro profundamente como deportista. Tiene dos medallas olímpicas y ha hecho muchísimo para la vela argentina”, comentó Lange desde Miami. “Ahora que estamos trabajando juntos y que lo tengo bien cerca y solito para mí en esta primera etapa, lo voy conociendo más. Si lo admiraba y pensaba que era un gran profesional, hoy refuerzo más mi idea de lo profesional que es Juan como deportista y como persona”, agregó la rosarina.

Por más pergaminos y trayectoria exitosa que tenga, Lange siempre encuentra un ingrediente extra para sorprender con su energía. No se quería perder Tokio 2020. Y siente que con De la Fuente estarán en buenas manos. “Gracias a Dios, Juan decidió sumarse y estoy muy ilusionado de poder trabajar con él. Siempre quise navegar con él o compartir algún proyecto, por lo que sabe y por la calidad de persona que es”, confesó.

¿Qué cualidades observa Carranza Saroli en el ex integrante de la clase 470 olímpica argentina y doble medallista olímpico? “Si bien no es experimentado en catamaranes, en este deporte necesitás personas con mucha experiencia, mucha capacidad de observación y muchas ideas que aporten para la planificación y para la forma de trabajo -dijo-. Juan lo tiene todo y ha sabido autogestionarse muy bien y demostrar su capacidad para conseguir buenos resultados. Evidentemente, eso también habla de que sus formas de trabajo llegan a buen puerto”.

Todavía emocionada por su oro en Río 2016, la rosarina valora más esta nueva oportunidad para encarar otra campaña olímpica: “Como en su momento fue una alegría enorme empezar un proyecto con Santi, hoy es doble alegría poder trabajar con dos personas tan profesionales y con tanta experiencia. Sólo me va a traer crecimiento”. Y Carranza Saroli se regodeó también con trabajar con Fernanda Sesto, ayuda desde Europa: “Siempre estuvo con Juan y nos va a ayudar con toda la cuestión logística. Este equipo necesita que lo cuiden y encontramos dos personas ideales”.

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