Algunas alternativas
El objetivo de la cirugía es lograr que los circuitos eléctricos que funcionan mal, empiecen a funcionar mejor mediante la colocación de un implante. “Lo que hacemos es neuromodular la información que el sistema nervioso está transmitiendo que al estar errante genera rigidez y temblor”, explica. “Si la cirugía se realiza en una etapa media de la enfermedad, el resultado es fabuloso. No se recomienda ni temprano ni tarde. Debe haber evolucionado la patología, al menos cinco años desde el diagnóstico y los síntomas, ser molestos e incontrolables a pesar del tratamiento médico adecuado. El paciente debe tener respuesta a la Levodopa, aunque sea parcialmente y no debe tener comorbilidades importantes”, aclara la especialista.
La tecnología y otros aliados claves
“Hay que abrir la cancha. Nunca es sólo el consultorio médico. En un primer momento le decimos a los pacientes que la actividad física y la rehabilitación con kinesiólogos van a ser sus grandes aliados. Los pacientes que van a Pilates, Yoga y Natación, mejoran considerablemente su calidad de vida. Nuestro equipo también los orienta en la dieta, los acompaña con profesionales de salud mental y los fonoaudiólogos dan soporte en problemas de deglución causados por la rigidez. No alcanza con un solo jugador para ganar este partido”, explica la Dra. Quevedo.
En muchos de los casos, luego de atravesar una cirugía los pacientes continúan mejorando y utilizan un Holter. “La aparición del Holter es fabulosa. La posibilidad de tener un registro de cómo estuvo un paciente es fundamental. Podemos ajustar la medicación, reforzar según el momento el día o lo que fuera necesario. No es un registro de un sólo día que eventualmente puede ser fantástico. Es un monitoreo de varios días que nos permite sacar conclusiones a nivel general”, agrega.
Cuando consultar a un especialista