No habrá zafra y las alternativas que se manejan para la actividad azucarera están condicionadas por las medidas económicas de la Nación.
No será suficiente la materia prima que se pueda obtener de la zafra en los 11 municipios de la cuenca cañera, linderos a San Javier. Sumado esto a la antigüedad de la maquinaria instalada a principios de los años de 1960, adquirida a fines de los 50 en Brasil, hacen que las perdidas puedan superar los 1.200 millones de pesos.
El gobierno provincial volverá a asistir a los productores cañeros, poco más de 200, con una asistencia económica no reintegrable como en los dos años anteriores, y cada uno podrá disponer del destino de sus producciones para otros fines.
La devaluación de más del 100% dispuesta por el Gobierno nacional hace que los presupuestos que se manejaban para adquirir nueva maquinaria en el exterior se alejen de las posibilidades del Estado provincial.
En el mismo predio, lote 11 de la ciudad de San Javier, en la ribera del Uruguay, funcionan los viveros de producción orgánicos de hortalizas y verduras que abastecen a los productores de los tres mercados concentradores del IMAC en Oberá, Eldorado y Posadas. Además, se producen en forma experimental las semillas de jengibre y cúrcuma.
La cooperativa original que funcionó desde 1962 quebró a principios de los años 90, estando varios años sus instalaciones abandonadas. El Estado Provincial, por Ley 3276 del 11 de abril de 1996, expropió el establecimiento, disponiendo su reactivación con gerenciamiento y administración a cargo del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial, actualmente Instituto de Macroeconomía Circular ( IMAC )
Ponerlo en marcha este año en estas condiciones, materia prima insuficiente y maquinaria obsoleta, significaría una pérdida mínima de 1.200 millones de pesos.
La responsabilidad de la administración del IMAC es cuidar los recursos públicos como lo viene haciendo, y en virtud de los datos objetivos se decide no realizar la puesta en marcha del ingenio 2024.
Ya en los años anteriores existieron presiones desde algunos productores, en todos los casos recibieron subsidios acordes a sus promedios de entregas históricas. Además, dispusieron de la zafra para otros fines y la comercializaron ya sea como complementos para ganadería o bien para producciones más pequeñas artesanales.