Las protestas en Irán continúan por la muerte de la joven Mahsa Amini en manos del Estado, por no usar el velo islámico.
Durante la madrugada de este viernes se dieron a conocer imágenes del seminario chiita de la ciudad de Qom en llamas, como parte de las manifestaciones de los iraniés que exigen la salida del poder del régimen.
El lugar incendiado es de suma importancia para las comunidades musulmanas, pues es allí donde se forman los Mulás, es decir, las personas consideradas eruditas en el Corán y la jurisprudencia islámica.
Esta situación es un claro símbolo del hartazgo de la socidad civil de la opresion de la religión extremista y de la exigencia de libertades hacia una apertura democrática en el territorio iraní.
El país es escenario de una oleada de manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que murió el pasado 16 de septiembre tras haber sido detenida por la policía de la moral por infringir el código de vestimenta que rige en la República Islámica y que obliga a las mujeres a llevar velo en público.
La represión del movimiento de protesta ha dejado ya al menos 342 muertos desde el 16 de septiembre, según un balance divulgado el miércoles por Iran Human Rights (IHR), una oenegé con sede en Oslo.
Desde el domingo, cinco personas relacionadas con las manifestaciones fueron condenadas a muerte. Amnistía Internacional denunció el “espantoso uso de la pena de muerte para reprimir un levantamiento popular con una mayor brutalidad”.