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Alemania amenaza con aplicar multas de hasta 50 millones de euros a las redes sociales como Facebook en caso de que no borren en menos de 24 horas contenidos que constituyan un delito, como los insultos racistas, xenófobos o antisemitas.
En momentos en que Europa se plantea cómo luchar contra las noticias falsas que se difunden mediante las redes (las “fake news”), el ministro alemán de Justicia Heiko Maas busca obligar a las empresas a frenar la difusión de contenido delictivo. Se trata de eliminar “las amenazas a la convivencia pacífica y los peligros para la sociedad abierta, libre y democrática”, reza el proyecto que podría convertirse en ley este año.
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El texto prevé que las plataformas con más de dos millones de usuarios (unas diez en Alemania) tengan un centro de quejas para recibir denuncias, analizar y borrar los mensajes o contenidos correspondientes. Las empresas tendrán un plazo de 24 horas para casos sencillos y flagrantes o hasta siete días para contenidos más complejos. Además, aunque se trate de compañías extranjeras, con sede en el exterior, deberán tener a un responsable que responda ante las autoridades alemanas sobre este asunto.
“La libertad de expresión termina donde empieza el código penal”, declaró el ministro Maas al presentar el proyecto, destacando que no alcanza con que las empresas se “autorregulen”. El político socialdemócrata aclaró que no se trata de “crear una comisión de la verdad” o similar, pero sí de forzar a las compañías del sector a asumir más obligaciones.
Alemania se vio sacudida en los últimos dos años por una ola de odio xenófobo, antisemita e islamófobo que se propaga a través de las redes con comentarios muchas veces basados en noticias falsas. Una diputada verde apareció por ejemplo como autora de un mensaje en Twitter en el que supuestamente defendía a un refugiado que había violado y matado a una joven alemana. “Es verdad, el joven refugiado sufría un trauma y mató. Pero tenemos que ayudarlo igual”, decía el falso tuit de la diputada Renate Künast, rebotado miles de veces. Un refugiado sirio, que se hizo famoso por sacarse una selfie con la canciller Angela Merkel en 2015, fue a los tribunales porque su cara fue utilizada para todo tipo de páginas y noticias falsas sobre terrorismo y atentados. Finalmente perdió el juicio contra Facebook, ya que los jueces consideraron que la empresa no tenía que asumir las calumnias ajenas como propias.
Desde el año pasado Alemania cuenta con un centro que monitorea la oferta y el consumo de jóvenes en internet para protegerlos de contenidos inadecuados. Entre otros resultados, el centro Jugendschutz.net descubrió que en enero y febrero de 2017 Facebook solo borró el 39 por ciento de los mensajes denunciados por los usuarios y Twitter apenas eliminó el 1%. Youtube, en cambio, borró el 90 por ciento de los videos denunciados por el público.
En Alemania, un país donde negar el Holocausto constituye delito, una frase que debería por ejemplo ser borrada es “todos los judíos a las cámaras de gas”. Josef Schuster, presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, consideró positivo el proyecto de ley y destacó que las redes están llenas de odio antisemita y enaltecimiento del nazismo.
En cambio, las empresas del ramo criticaron la propuesta. La asociación empresaria del sector digital alemán, Bitcom, calificó los plazos fijados para borrar contenidos de muy cortos y “poco realistas”, y adelantó que van a desatar una “ola” de eliminación de contenidos tanto ilegales como legales. En un comunicado de prensa, la asociación destaca que la responsabilidad de aplicar el derecho “es de las instituciones y no de los privados”. “El proyecto no va a la raíz del problema”, declaró el director de Bitcom, Bernhard Rohleder, sugiriendo que se debería investigar “a los que producen contenido ilegal y lo publican” en las redes sociales.
No obstante, Facebook anunció que ampliará el personal que trabaja en el centro de reclamos de Berlín a más de 700 personas antes de fin de año y que está haciendo esfuerzos para borrar todos los comentarios delictivos lo más rápido posible. El ministerio de Justicia, por su parte, tendrá un nuevo departamento encargado de recibir las demandas no atendidas por las empresas y eventualmente derivarlas a los tribunales.
De cara a las elecciones generales de septiembre, el gobierno alemán intenta además protegerse de las noticias falsas. La segunda cadena de televisión pública, ZDF, está creando una redacción especial de contraste de datos con el objetivo de desmentir posibles “fake news”. Los medios tradicionales son vigilados en Alemania por un Consejo de Prensa que obliga a salvaguardar un código de ética profesional y sanciona el incumplimiento. Unas normas que hasta ahora no alcanzan a la difusión de contenidos en internet.
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