[ad_1]
“Esto no es ningún enfrentamiento, no hay ninguna guerra” sostuvo el juez Sergio Moro de Curitiba. Trató, así, de bajarle el tono a la indagatoria del ex presidente Lula da Silva que debe ocurrir en la capital paranaense mañana por la tarde. Los medios locales consideran que esto será una suerte de día D para el ex mandatario. De hecho, busca confrontar con quien se ha transformado en su peor enemigo: el magistrado Moro, que conduce la causa Lava Jato. Pesan sobre el líder del PT las sospechas de haber recibido coimas en forma disimulada a través de un departamento, de tres pisos, frente a la playa en Guarujá.
Mirá también
Según una encuesta, Lula Da Silva lidera en intención de voto de cara a las presidenciales 2018
Hasta ahora subsiste, sin embargo, una posibilidad de que se postergue el testimonio de Lula. Depende de que un juez de Porto Alegre de señal verde para una nueva fecha, tal como plantearon los abogados del líder petista. Argumentan que el juez entregó un legajo de 100.000 páginas (sic) que no pudieron leer en su integridad.
El juez Moro se tornó una “estrella” con esa mega causa que involucró a Petrobras y a la constructora Odebrecht. Y que se destacó por la “distribución generosa” de sobornos a funcionarios, legisladores y políticos brasileños; y a gobiernos extranjeros, especialmente latinoamericanos. Según el diario Folha de Sao Paulo, el juez no lograra aportar pruebas contundentes sobre las sospechas contra Lula.
Caos en Curitiba
El duelo establecido entre ambos podrá favorecer al ex gobernante que, según todas las encuestadoras, podría ganar las presidenciales de 2018. Lo cierto es que Moro trató de blindar la presencia de Lula, que amenaza convertir en un caos a Curitiba. Ya están desde hoy centenas de manifestantes que se expresarán a favor del ex presidente. También hay protestas organizadas por los adversarios del PT y de Lula, que pretenden marchar en defensa de Moro y la causa Lava Jato. Para el magistrado, el PT “intenta transformar el interrogatorio en un evento político-partidario”.
Para evitarlo, el juez prohibió que haya gente en carpas acampando para luego movilizarse. También decidió impedir que la defensa del ex presidente grabe su testimonio, para lo cuál serán impedidos de entrar con celulares. El esquema de seguridad montado en la capital de Paraná se asemeja, dicen, a aquel que acompañó los juegos del Mundial de 2014.
[ad_2]
Fuente
