Cecilia Malmström: "Nosotros no construimos muros, construimos puentes"

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Cecilia Malmström (Estocolmo, 1968) recibe a Clarín en su luminoso despacho del Berlaymont, sede de la Comisión Europea en Bruselas. No muestra ni rastro del cansancio que debe arrastrar tras una semana de viajes. En plena negociación comercial entre Mercosur y la Unión Europea, Malmström, políglota y directa al hablar, defiende los beneficios del comercio y carga contra el proteccionismo.

Estados Unidos se mueve hacia el proteccionismo. ¿Cómo se ve desde Europa?

Es preocupante. Hemos visto muchas de estas propuestas y órdenes ejecutivas, pero creo que tenemos que esperar para saber qué saldrá de todo esto. Hemos oído muchas palabras pero ninguna propuesta legislativa concreta. Pero sí, es preocupante y es el camino equivocado.

¿Podemos estar ante el fin de la globalización como la conocimos en las últimas décadas?

No, no lo creo. El resto del mundo va a toda velocidad por el camino de la globalización. Hay señales preocupantes en Estados Unidos y algunos otros países pero no veo una marcha atrás general. En las elecciones francesas hubo señales en ese sentido pero afortunadamente no triunfaron.

¿El espacio que pueda dejar Estados Unidos en el comercio mundial es un espacio que se abre a Europa y a sus socios comerciales?

En enero nos reunimos con muchos socios en Davos y hubo un acuerdo general de que queremos que el sistema internacional de comercio funcione, queremos una OMC fuerte, queremos más acuerdos comerciales. Para nosotros y para nuestros socios el sistema de comercio mundial sigue funcionando y queremos seguir haciendo acuerdos buenos y justos que beneficien a la gente y a las empresas. Creemos que Estados Unidos se equivoca si se desentiende, aún de forma temporal, pero nosotros no seguiremos ese camino. Nosotros no construimos muros, construimos puentes.

Muchos europeos creen que la globalización y los acuerdos de libre comercio sólo benefician a las grandes empresas y no a la gente. ¿La UE ha ido demasiado lejos?

No lo creo. La globalización es mucho más que comercio. Es la eliminación de fronteras, son las nuevas tecnologías, es la democratización del planeta, son conexiones, redes sociales. Por supuesto que ha ido muy rápido: industrialización, robotización, automatización, inteligencia artificial…eso crea muchas nuevas posibilidades y muchos nuevos empleos, pero los viejos desaparecen y eso crea perdedores.

¿Y qué se hace con esos perdedores?

El comercio generalmente crea más empleos de los que destruye. Estamos saliendo de una gran crisis económica, mucha gente ha sufrido, hay muchos desempleados. Tenemos que estar seguros de que tenemos las herramientas para compensar a los perdedores de la globalización. Así que tenemos que invertir mucho más en formación y educación para que la gente pueda conseguir los nuevos empleos. Y a la vez asegurarnos de que hay una red de protección social. Los acuerdos comerciales son también una forma de conectar con otros mercados y eso crea nuevos empleos.

Pero a la vez que desde Bruselas se habla de protección social, se sigue poniendo el énfasis en las reformas estructurales, que en muchos países significan básicamente recortes en el welfare.

No. Las reformas estructurales consisten en hacer las economías más eficientes.

En el sur de Europa las reformas consistieron principalmente en ajustes.

Porque no hicieron esas reformas diez años antes y hubieran estado ahora en una posición mucho mejor. Tienes que hacer ambas cosas. Las reformas estructurales para asegurarte que tu economía es moderna porque no puedes vivir del dinero que no tienes. Es doloroso pero tiene que ser compensado con políticas sociales y responsabilidad social, con un capitalismo responsable. Y en política comercial nos centramos en asegurar que realmente beneficiamos a las pequeñas empresas. Las grandes compañías siempre se arreglan. Pero un buen acuerdo comercial tiene que ser mejor para las pequeñas y medianas empresas que para las grandes.

El acuerdo con Mercosur se negocia desde hace más de 15 años. ¿Qué cambió para que ahora sea optimista?

Cambió Argentina. Cambió el gobierno argentino. Creo que es el factor más importante. Argentina vuelve a la escena internacional y quiere comprometerse y cambiar sus políticas. Ahora están mostrando un liderazgo muy fuerte. También es nuestra forma de mostrar que los aliados, amigos, comerciamos, ante la incertidumbre de lo que pasará en Washington.

¿No es una forma de esconder la parte de responsabilidad europea en los frenazos de la negociación por países como Francia o Irlanda que no quieren abrirse al agro de Mercosur?

No, porque aunque la parte agroalimentaria es importante también para nosotros son importantes otros sectores de bienes y servicios, de licitaciones públicas. El cambio de gobierno en Argentina fue básico, pero también la importancia creciente de los países de Mercosur como socios y aliados de Europa. Es también un acuerdo geopolítico. Y no hay que olvidar que los 28 países de la UE acordaron unánimemente reanudar las negociaciones.

Ya hay ofertas negociadoras sobre la mesa. ¿Se actualizarán?

Sí, se actualizarán y todavía no hemos presentado propuestas sobre los asuntos más sensibles.

¿Qué más espera que ofrezca Mercosur?

Mercosur espera una nueva propuesta europea y nosotros otra suya. Lo más sensible va a ser la parte agroalimentaria porque los países de Mercosur tienen una producción enorme. Parte de esa producción compite con la europea pero otra parte es complementaria. Yo no creo que en conjunto la parte agroalimentaria de la negociación sea un problema, pero sí algunos sectores. También espero avances en aspectos sanitarios y fitosanitarios, tenemos que estar seguros de que se hacen las reformas necesarias en cuanto a seguridad alimentaria. Y podría haber dificultades en denominaciones de origen.

¿Qué expectativas tiene respecto al acceso europeo a las licitaciones públicas en Mercosur?

Muchas, queremos incrementar el acceso de nuestras empresas a las contrataciones públicas en Mercosur.

¿Cómo es su relación con la canciller Susana Malcorra?

Nos enviamos mensajes, nos llamamos. Nos reunimos oficialmente pero también tenemos conversaciones no oficiales. Es una mujer remarcable. Las relaciones personales son importantes porque después puedes explicar las dificultades. Mi amistad y mi relación con ella es muy importante.

¿Habrá acuerdo este año?

Ese es el objetivo.

¿Es optimista?

Sí, por ahora sí. Estamos en abril, va a ser duro, vamos a tener que trabajar mucho pero es factible.

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