El joven llamado Kamil se desmayó y cayó sobre la nieve a la salida de un bar y los testigos llamaron a los servicios de emergencia. En ese momento, los médicos diagnosticaron su muerte por un paro cardíaco y lo trasladaron a una morgue.
El cuerpo fue depositado en un refrigerado, pero a las pocas horas un guardia del hospital escuchó unos ruidos que procedían del depósito de cadáveres y fue a ver qué ocurría.
Allí encontró a Kamil, desnudo y pidiendo una manta esperando que le abrieran la puerta.
Tras ser sometido a los análisis pertinentes, el joven fue dado de alta.