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El alto mando militar de Estados Unidos decidió finalmente enviar tropas convencionales a combatir en la guerra siria. Se trata de un pequeño contingente de entre 400 y 500 hombres de una fuerza anfibia de marines que se encontraba en Oriente Medio.
Es un despliegue militar que marca una nueva escalada en este guerra que ya lleva seis años, y tiene como objetivo principal adelantarse a otras fuerzas en la toma de Raqqa, principal bastión de los yihadistas del ISIS en Siria.
Desde hace tiempo Estados Unidos está presente en este país con hombres de las fuerzas especiales empleadas en operaciones de ataque rápido y repliegue contra el ISIS y con instructores y asesores al servicio de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), compuestas en gran parte por milicias kurdas.
Milicias sirias apoyadas por EStados Unidos en Raqqa. (Reuter)
Los marines que envía ahora, de la 11° Unidad Expedicionaria de la Marina y de Army Rangers, están equipados con artillería de alto alcance, especialmente obuses de 155 milímetros, que brindarán respaldo extra en los combates contra los yihadistas.
Un funcionario del Pentágono reveló que, por otra parte, Estados Unidos prepara el envío de centenares de efectivos a Kuwait a fin de que estén listos para integrarse en la lucha contra el ISIS si se les necesita.
Este operativo es parte de la estrategia del Pentágono para recuperar cierta hegemonía en la zona, que la fue perdiendo por el despliegue de otras fuerzas, como por ejemplo las tropas sirias apoyadas por la aviación rusa y la agrupación shiíta Hezbollah, los batallones enviados por turquía en el norte, y otros grupos kurdos independientes.
Combatientes sirios cerca de Raqqa. (Reuter)
Todas estas heterogeneas tropas están ahora tratando de ser los primeros en tomar Raqqa, lo que marcaría la caída del ISIS en Siria y el dominio de esa zona.
El nuevo plan de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que cuenta con la aprobación del presidente Donald Trump, permitiría una mayor autonomía en las decisiones de la cúpula militar en el terreno. Esto es algo con lo que no contaban durante el gobierno de Barack Obama.
El éxito de las tropas sirias apoyadas por Rusia en Aleppo, una ciudad clave del norte del país, hizo que los estadounidenses cambiaran la estrategia y mandaran tropas convencionales al terreno.
Todo indica que ahora las distintas fuerzas se concentran en la batalla por Raqqa, que será tan masiva y mortífera como la que mantiene hace cinco meses el Ejército iraquí y sus aliados locales e internacionales para recuperar Mosul, el otro gran bastión del ISIS en Irak
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