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Anoche, tras la muerte del estudiante Juan Pablo Pernalete (20 años), a causa del impacto de una bomba de gas lacrimógeno en el pecho, se cruzaron dos jóvenes que fueron amigos en la infancia.
Por un lado Yibram Saab, el hijo mayor del Defensor del Pueblo (ombudsman), el chavista Tarek William Saab, un funcionario que está en el centro de la polémica por defender al oficialismo. Y por el otro, el propio hijo del presidente, Nicolás Maduro Guerra.
Yibram colgó un video en la Web que causó conmoción y se viralizó en las redes sociales. El joven había participado en las marchas de ayer, manifestando su descontento en la plaza Altamira, donde mataron a Pernalete.
“Condeno la brutal represión por parte de los cuerpos de seguridad de la Nación, de la cual fui víctima el día de hoy, como también lo fue Juan Pablo Pernalete, a quien le quitaron la vida debido al terrible e inhumano uso de los gases lacrimógenos, luego de que sufriera un impacto en el pecho”, dijo. Y remató, dirigiéndose a su propio padre: “Ese pude haber sido yo”.
Después de expresar su preocupación como estudiante de derecho por la ruptura del orden constitucional en Venezuela, envió un mensaje directamente a su padre. “Papá, en este momento tienes el poder de poner fin a la injusticia que ha hundido al país, te pido como hijo y en nombre de Venezuela, a la cual tu sirves, que reflexiones y hagas lo que tienes que hacer. Te entiendo, sé que no es fácil, pero es lo correcto”.
En la mañana le respondió su amigo de la infancia, Nicolás Maduro Guerra, a través de su cuenta en Twitter. Después de recordarle ese tramo de sus vidas (“Me recuerdo cuando jugábamos y pasábamos horas echando broma”), le recrimina haber buscado “3 minutos de fama”.
“Tus 3 minutos de fama pudieron haber sido otra cosa”, escribió en internet el hijo del presidente Maduro. En su respuesta a su amigo Yibram Saab, agregó: “Los que hoy marcharon a tu lado están usando el amor de tu padre para manipular al país… (los opositores) celebran tu carta a tu padre como un trofeo de guerra, como un trofeo para desunirnos. No se los permitas”.
En el extenso texto hace una defensa del gobierno que, según dice, busca “el bien común” para “todos y todas”. Y acusa de terroristas e incitadores del odio a los que protestan. Finaliza su escrito como un viejo amigo: “Un gran abrazo!!! Saludos a tu mamá”.
El comentario crítico de un “hijo de la revolución”, como es el caso de Yibram Saab, no es el primer reproche conocido en los últimos tiempos que surge desde el interior del chavismo sobre el curso actual del gobierno. El 31 de marzo, la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, sostuvo que la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de su país de asumir las funciones del Legislativo, vaciando el poder del Congreso dominado por la oposición, constituye una “ruptura del orden constitucional”.
La oposición convocó ayer a nuevas manifestaciones para el jueves en honor de Pernalete, el estudiante muerto el miércoles al ser alcanzado por bomba de gas lacrimógeno en un barrio de Caracas
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