La fecha se recuerda en un país inmerso en una encendida campaña política muy centrada en divisiones políticas, económicas y sociales.
Pero el país intenta mantener a raya las elecciones para el aniversario. La candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, y su rival republicano, Donald Trump, tenían previsto asistir a la ceremonia de aniversario en el World Trade Center. No se esperaba que ninguno de los dos hiciera declaraciones públicas.
Los políticos pueden asistir, pero desde 2011 no se les permite que lean nombres de fallecidos ni ofrezcan discursos. Clinton y Trump mantendrán la costumbre de detener la propaganda electoral en televisión por un día.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hablará durante un acto de recuerdo en el Pentágono. También se esperaba que cientos de personas acudieran a una ceremonia en el monumento nacional por el Vuelo 93 en Shanksville.
“Este fin de semana, honraremos su memoria una vez más. Estamos con los supervivientes, que aún soportan las cicatrices de aquel día”, dijo Obama en su alocución semanal del sábado.
Obama guardará un momento de silencio en la Casa Blanca antes de dirigirse al acto de homenaje. “Frente al terrorismo, la manera en que respondemos es importante”, dijo el mandatario en su mensaje semanal.
“No podemos rendirnos ante quienes nos dividen. No podemos reaccionar de una forma que erosiona el tejido de nuestra sociedad”, añadió Obama.
El acto, ante el memorial del 11 de septiembre, se detendrá en seis ocasiones: coincidiendo con los momentos en que cada uno de los dos aviones golpearon sendas Torres Gemelas, cuando cada una de ellas cayó, en el momento del ataque al Pentágono, y cuando el vuelo 93 se estrelló en Pennsylvania.
A los lugares religiosos de culto se les ha pedido que hagan repicar sus campanas en el primer momento de silencio, a las 08.46 locales (12.46 GMT), cuando el vuelo 11 de American Airlines golpeó la Torre Norte.
No se espera la presencia en ninguna ceremonia, ni en Nueva York ni en Washington, de quien fuera presidente estadounidense en el momento de los ataques, George W. Bush.
Según su gabinete, Bush irá a misa en Dallas, Texas, y luego participará en un acto junto a dos agentes de policía de Nueva York que estaban en la Zona Cero el 11-S.
Casi 3.000 personas murieron el 11 de septiembre de 2001, cuando 19 atacantes suicidas de Al Qaida secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, en Washington, y sobre un campo de Shanksville, en Pennsylvania.
Era el primer ataque extranjero en territorio continental de Estados Unidos en casi dos siglos, y motivó luego las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), lideradas por Washington, y en donde la guerra aún sigue causando estragos más de una década después.
De Libia a Siria, varios países de Medio Oriente están sumidos en conflictos armados y son un caldo de cultivo para los grupos afiliados a Al Qaida, en tanto Europa ha sido blanco de ataques inspirados por el grupo Estado Islámico.
Los nombres de las víctimas se leerán el domingo en un acto en la Zona Cero de Nueva York, el lugar en el que ahora se alza la nueva One World Trade Center, y el presidente Barack Obama participará en una ceremonia en el Pentágono.