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“El mensaje simple es que a la economía le está yendo bien”. Así resumió hoy Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal (FED), la sensación que llevó al directorio del banco central estadounidense a subir en un 0,25% las tasas de referencia, que quedaron en la nueva banda de 0,75%-1%.
Para la FED, que la economía vaya bien significa que la inflación de EE.UU. está en una velocidad de crucero saludable (en torno al 2%); que los niveles de desempleo se mantienen en el mínimo de 4,7%; y que la suba en las tasas no frenará el alza natural de los precios ni provocará despidos. Según la FED, las empresas están contratando personal a buen ritmo y los consumidores están gastando con confianza.
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Hasta ahí , los motivos para el optimismo. Entre los que preocupaban hoy a los inversores figuró la insistencia de los decisores de la FED en pronosticar solo tres subas de tasas para 2017 (que terminaría así con un tipo de interés de referencia de 1,4%) y no cuatro, como muchos analistas habían adelantado teniendo en cuenta el exceso de inflación que provocarán los recortes de impuestos y aumentos de gasto público anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Pero la FED ha dicho que prefiere esperar a los hechos antes que dejarse llevar por los dichos. Siendo Trump el que los pronuncia, la prudencia es comprensible.
El efecto en los mercados del discurso de Yellen no fue homogéneo. Como era de esperar, la suba de tasas aumentó la demanda y con ella el precio de los títulos de deuda pública estadounidense en el mercado secundario. Cuando al otro lado del Atlántico, el Banco Central Europeo no mueve del 0% su tasa de referencia, el apetito global por los bonos de EE.UU. crece con cada suba de Yellen. Y cuando los títulos aumentan de precio, baja su rendimiento implícito: el del bono a 10 años del Tesoro de EE.UU. cayó hoy 9,4 puntos básicos y quedó en 2,5%.
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El dólar, que en subas anteriores de tasas aumentó de precio, hoy bajó con relación al euro. El motivo no fue el alza de tasas sino el pronóstico de la FED para el resto del año. Muchos inversores habían apostado al dólar pensando que en 2017 habría cuatro subas de tasas. Cuando hoy se enteraron de que Yellen y sus compañeros pronostican solo tres subas, tuvieron que dar marcha atrás con sus apuestas haciendo caer el precio de la divisa estadounidense.
Aunque hoy perdiera frente al euro por las operaciones en el mercado de divisas, el dólar suele registrar presiones al alza cuando la FED encarece el precio del dinero (entre otros factores, por el creciente interés en comprar deuda estadounidense). Es de esperar que, a medio plazo, la decisión de hoy también termine presionando hacia arriba el valor de la divisa.
Los pronosticadores de la FED también publicaron hoy sus estimaciones sobre el PBI y la inflación de Estados Unidos: 2,1%, para el crecimiento de la economía en 2017; y 1,9% para el de los precios el mismo año.
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Según The New York Times, los consumidores que se verán afectados en primer lugar por la suba de la FED son los que tienen deudas en su tarjeta de crédito. De acuerdo con el diario, aunque el efecto en los préstamos a largo plazo es menos directo, “la tasa promedio de un préstamo hipotecario a 30 años ha aumentado en un 50% durante el último año”.
La suba de tasas de hoy es la tercera en10 años (las otras dos fueron en 2016) y otro paso hacia la normalización de la política monetaria de la FED. Tras casi una década con tasas de referencia de 0% (una tasa desde la que no se puede bajar más), su única herramienta para estimular la economía ha sido la compra masiva de activos financieros conocida como Quantitative Easing.
Como decía hoy el diario The Financial Times, la pregunta es qué va a hacer ahora con los 4,5 billones de dólares (similar al PBI de Japón) que acumuló en activos financieros desde que se disparó la crisis financiera en 2008. Algunos ya comenzaron a hablar sobre la posibilidad de reducir el tamaño de esa cartera. Pero con Trump presidente el organismo no está tan seguro de poder retirarse del todo de los estímulos y sigue reinvirtiendo cada vez que vencen títulos de su cartera.
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