Los franceses van a las urnas en un clima de miedo y con grandes incógnitas

0
73

[ad_1]

Francia vota este domingo en la primera vuelta de sus elecciones presidenciales, en un clima de miedo, luto y con la posibilidad real de sufrir otro atentado terrorista antes del balotaje del 7 de mayo. El autoproclamado Estado Islámico consiguió imprimir este espíritu a una campaña que se canceló anticipadamente, luego de la ejecución de un policía con un fusil de asalto en plena avenida de los Campos Eliseos, llena de turistas, el jueves. El lugar donde cayó Xavier Jugele, un policía, gay y hoy héroe de Francia, se ha convertido en sitio de peregrinación, con flores, velas y oraciones . Como después de la masacre de Charlie Hebdo, la gente ha vuelto a aplaudir a la policía en la calle en París.

Los 42 millones de franceses que concurran a las urnas deberán atravesar pórticos magnéticos en las grandes ciudades. No podrán estar acompañados ni por sus hijos ni por amigos y habrá agentes privados de orden en los lugares de votación para evitar colas. Las fuerzas armadas y la policía no pueden estar con armas en el perímetro del voto y las autoridades deben garantizar la seguridad de los votantes. Al menos 60.000 efectivos de las fuerzas de seguridad protegerán el comicio, con el país en máxima “alerta atentado” y estado de urgencia,con “patrullas más frecuentes e intensas”.

Mirá también

Emmanuel Macron, el hombre que reúne lo mejor de la derecha, el centro y la izquierda

Once candidatos presidenciales para las más imprevisibles, inéditas y peligrosas elecciones francesas, donde las estrellas de la jornada serán los indecisos y los abstencionistas. El desencanto de los electores con su dirigencia y sus programas no tienen antecedentes en la historia. Ellos decidirán un presidente cuando los sondeos apenas dan una diferencia de uno o dos puntos a cada uno de los cuatro primeros.

Los institutos de sondeos están más precavidos que nunca y aún ignorarán la dinámica que el atentado terrorista ha tenido sobre el ánimo de los electores. En una compilación de 10 sondeos del viernes, cuando la campaña se canceló, Emmanuel Macron, el candidato liberal social de En Marcha y ex ministro de economía socialista, se situaba entre el 23 y el 25% de intenciones voto. La líder del xenófobo Frente Nacional, Marine Le Pen, entre el 21 y el 23%. El Republicano François Fillon, entre el 19 y el 21% y el trotskista y cultivado líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, entre el 18 y el 19,5%. Son “los cuatro grandes”, como se llaman en Francia, entre una colección de otros candidatos gaullistas, obreros, soberanistas. Al menos existe un 30% de indecisos, que serán impactados por el atentado en los Campos Eliseos.

Marine Le Pen y el republicano y ex primer ministro Fillon, contaminado por los affaires de corrupción de los empleos ficticios de su mujer Penélope y sus hijos, más el procesamiento de la esposa, intentaron colocarse inmediatamente como “jefes de guerra”, tras el ataque. “Combate al islamismo”, prometieron, “cierre de fronteras” para Le Pen, “un par de manos seguras”, para Fillon, en un país en crisis económica, con alto desempleo y asustado. Algunos creen que un “voto vergüenza” a Fillon, conservador y católico, se va a desenmascarar este domingo.

Mirá también

Atentado en París: Francia se blinda para votar el domingo

Mirá también

Marine Le Pen, la ultraderechista candidata de los "olvidados de la República"

Mirá también

Jean-Luc Mélenchon, el candidato que admira a Hugo Chávez y Cristina Kirchner

Esta utilización política pos atentado no ha sido medida porque los sondeos están prohibidos desde el viernes. Los encuestadores no quieren ni imaginar un pronóstico.

“Si tenemos en cuenta que al menos un 25 por ciento de los electores decidirán su voto entre el viernes y el domingo, el atentado va a afectar el nivel de retórica para el equipo de Le Pen, que recupera la voz cantante. Servirá este primer turno para ver si pasa a la segunda vuelta o se confirma su descalabro, después de sus pésimos debates televisivos y se queda afuera”, explica Didac Gutierrez Peris, director de Estudios Europeos del Instituto Via Voice, a Clarín.

Hasta ahora en Francia se creyó que el Frente Nacional tenía “un voto cautivo”, impermeable a los vaivenes de la candidata. Un elector con un voto de protesta, un enojo a expresar. Pero con Marine “desdiabolizada”, esta campaña ha estado marcada por acusaciones de que ella ha abusado su posición con empleos ficticios y enriquecimiento a nivel personal. No ha querido declarar ante los jueces. El gran interrogante es si ese “uso del sistema”, que ella tanto critica, le pasará la cuenta o continuará imperturbable su campaña al balotaje.

Será probablemente Macron quien enfrente a Marine Le Pen. Los sondeos lo dan a la cabeza. A los 39 años, los franceses se entusiasman con su frescura y sus reformas para desbloquear un país inmóvil, con su proyecto de unidad para sacar a la República de la división y recuperar la energía de los jóvenes de los suburbios.

Mélenchon es el otro interrogante. Con una campaña espectacular, creció 15 puntos en un mes. Ex ministro socialista, admirador de Mitterrand y enamorado folklórico de la revolución bolivariana, planea negociar los tratados con Europa para reformarla y se presenta como “un hombre que puede y sabe gobernar”. Otro escenario de balotaje es Le Pen-Mélenchon en esta elección impredecible.

El socialismo hizo eclosión silenciosa tras la interna y luego que, por primera vez, el presidente François Hollande decidiera no ser candidato para un segundo mandato. El candidato Benoit Hamon va quinto y el PS, que no lo dejó gobernar a Hollande, en vías de extinción.

“Dégagé” (“que se vayan”) fue la palabra más usada en la elección. La gritaban los manifestantes en los actos. De Le Pen a Mélenchon. Una insurrección republicana en una Francia en cólera, cuando su elección es clave para frenar la nueva ola de neopopulismo, las consecuencias del Brexit y modernizar la Unión Europea.

[ad_2]

Fuente

DEJÁ TU COMENTARIO

¡Por favor, ingresá tu comentario!
Por favor, ingresá tu nombre aquí