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Finalmente, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, deberá sentarse en el banquillo para declarar como testigo en el juicio del caso Gürtel –uno de los escándalos más graves de la historia de España– que se instruye en la Audiencia Nacional. Así lo ha decidido el tribunal a pesar de la oposición de la Fiscalía, que se había opuesto nuevamente a esta petición lanzada desde la acusación popular ADADE por considerarlo “innecesario y prescindible”. La decisión ha sido adoptada por la mayoría del tribunal, por dos de los tres magistrados, pero la fecha de su declaración está aún por determinar. Además, aún queda por saber la manera en que Rajoy prestará declaración: presencialmente, en su despacho o en la Audiencia, por videoconferencia o por escrito.
“Por mayoría la Sala decide que es una prueba admisible, por mayoría se acepta y se le tomará declaración en el día que se marque según el calendario previsto”, ha anunciado el presidente del tribunal Ángel Hurtado. De este modo, Rajoy se suma a los cerca de 300 testigos que han sido llamados a declarar.
Rajoy será el primer presidente del Gobierno en ejercicio desde la instauración de la democracia que es llamado a declarar como testigo en un proceso judicial
En el marco de este caso ya declararon varios altos cargos del PP menos el ex presidente José María Aznar y el actual mandatario, que tomó las riendas del partido en 2004. El próximo jueves tendrá que declarar la ex presidenta madrileña Esperanza Aguirre, también del PP.
La trama Gürtel nació bajo las alas del ex presidente Aznar y desplegó sus tentáculos principalmente en la comunidad de Madrid y Valencia, gobernadas por el partido de Rajoy.
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La investigación, destapada en 2009 por el juez Baltasar Garzón, fue el germen de otras causas, como el “caso Bárcenas” y el de la “Contabilidad B” del PP, que destapó un sistema de pago de donativos de empresas que sirvieron para financiar ilegalmente al partido conservador.
Parte del dinero en negro eran entregado por el propio Bárcenas, según declaró ante la justicia, a miembros de la cúpula del PP, incluido Rajoy.
El juicio de la pieza troncal – la denominada “Época I”- del caso Gürtel comenzó en octubre de 2016 con un total de 37 personas, entre empresarios y dirigentes políticos, sentados en el banquillo de los acusados.
El principal acusado es el cabecilla de la trama, el empresario Francisco Correa, quien orquestó una red de empresas y sociedades que pagaban favores al PP a cambio de contratos públicos, gestión de eventos y campañas electorales.
De esa forma logró conseguir 11,25 millones de euros gracias a una red que tenía al ex tesorero Luis Bárcenas como principal distribuidor de sus recursos en las entrañas del partido.
El abogado del PP Jesús Santos ha tildado la petición de que declare Rajoy de “diligencia perturbadora” y ha denunciado la actividad “espúrea” de la acusación popular.
Rajoy será el primer presidente del Gobierno en ejercicio desde la instauración de la democracia que es llamado a declarar como testigo en un proceso judicial. Por ello, esta decisión supone un hito en la historia política del país.
Pero en la historia española desde 1978 hay situaciones similares, sólo que testificaron siendo ya ex presidentes. Adolfo Suárez prestó declaración como testigo en el juicio del “caso Banesto” el 5 de octubre de 1998. Unos meses antes, el 23 de junio de 1998 concretamente, Felipe González fue testigo en el juicio por el GAL, que tuvo lugar en el Tribunal Supremo.
Fuente: agencias y La Vanguardia
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