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Un grupo de terroristas del ISIS se ocultaba entre unos juncos el pasado domingo por la noche, dispuestos a atacar una granja a unos cien kilómetros de Kirkuk, en Irak. Preparaban una emboscada contra una brigada de combatientes tribales que había huido a las montañas después de que la localidad de Hauiya cayera en manos del ISIS en el 2014.
Los terroristas no contaron con que se habían metido en el territorio de una manada de jabalíes, que los atacaron, dejando tres muertos y cinco heridos.
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Algunos medios ironizaron con que “una manada de jabalíes es la última fuerza en unirse a la guerra contra el ISIS”.
“Parece ser que molestaron a los cerdos salvajes que habitan la zona de los juncos y los campos de maíz de alrededor”, dijo el jeque Anuar al Asi, jefe de la tribu ubaid y de las fuerzas locales anti ISIS, en declaraciones al diario The Times.
Según el diario The Telegraph, refugiados que huían del lugar se encontraron con los cuerpos destrozados de los terroristas.
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De hecho los jabalíes se comportaron como justicieros, ya que tres días antes los yihadistas perpetraron una matanza en Hauiya, que se encuentra a unos 200 kilómetros de Mosul, la ciudad donde las fuerzas armadas iraquíes combaten al ISIS desde hace meses.
Se cree que unas 25 personas fueron asesinadas y el jeque Al Asi lamentó que “esta no será la última masacre de civiles”.
Un medio iraquí, Alsumaria News, informó que el ISIS recuperó los cuerpos de sus militantes y comenzó a matar a tiros a los jabalíes en venganza.
Fuente: La Vanguardia
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