Capturaron en Tucumán a un rumano miembro de una megabanda que robaba bancos en España

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Gheorghe Alecu fue detenido en la localidad de Aguilares por el departamento Interpol de la Policía Federal. Tenía una circular roja sobre su cabeza.

Gheorghe Alecu, de 54 años, nacido en una pequeña comuna del condado de Galati en Rumania, tenía una especialidad: volar cajeros automáticos y ver el dinero llover para llevárselo con su banda, según la acusación en su contra. Tuvieron un ataque famoso: la voladura del cajero del banco Santander Río en la zona de Toral de los Vados en diciembre de 2020, que sorprendió a los investigadores porque la cantidad de explosivo usado parecía demasiado. Esa vez, un pedazo del gabinete de la máquina misma voló hacia la calle. El modus operandi tenía patrones idénticos a otros ataques en otros países europeos. Les atribuyeron más de 20 golpes en todo el continente. Siete miembros cayeron con el tiempo, en operativos conjuntos entre la Guardia Civil española y las policías de Bélgica y Rumania. Quedaba Gheorghe.

Anoche, el departamento Interpol de la PFA lo capturó en la ciudad tucumana de Aguilares, al sur de la provincia, con 33 mil habitantes. Alecu no hacía turismo: había venido a la Argentina para escapar. Entró al país de manera legal, confirman fuentes del caso a Infobae. Entró a la Argentina en enero, por Ezeiza y de forma legal. Luego, a principios de este mes, la Justicia española ordenó una circular roja sobre su cabeza.

Así, fueron por él, en un operativo bajo la firma del Juzgado Federal N°2 de Tucumán, que supervisará su extradición.

La PFA, con la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de Interpol, tenía el dato de que un hombre rumano se movía por el sur de Tucumán, por zonas como Santa Ana y Aguilares. Qué hacía allí es algo que los investigadores todavía desconocen. Había llegado allí hace muy poco tiempo. Se quedaba, precisamente, con miembros de su familia. Su familia fue la pista que permitió encontrarlo. También, la mujer con la que entró al país en enero: era una argentina, supuestamente su pareja. La mujer tenía distintos domicilios en González Catán, un primer rastro.

Después, tenía más familia en Tucumán.

Los investigadores le dan el beneficio de la duda a la familia de la novia. “Quizás ni sabían quién era el tipo”, dice un detective de alto rango.