[ad_1]
A Francisco Tomasetti lo buscaron durante tres días. Desesperados, amigos y familiares recorrieron hospitales, comisarías y fiscalías para dar con él. Fue recién el viernes, cuando la Policía conectó las características que dieron sus allegados con el de un cuerpo arrollado por el tren en la estación de Banfield, que pudieron armar el rompecabezas y descifrar qué le había pasado.
El joven de 35 años quiso defenderse de uno de los robos más típicos para cualquier pasajero del Roca: desde el andén le arrebataron el celular por la ventanilla. Francisco quiso defenderse e intentó forcejear y bajarse de la formación en marcha para perseguir al ladrón. Esa intrépida maniobra terminó en tragedia: cayó a las vías y murió arrollado por el tren.
Mirá también
La lucha de Pamela, la chica que perdió una pierna por un robo en el tren
El lunes a las 17.30 fue la última vez que vieron a Tomasetti. Vivía en Beccar con su novia Catalina, pero había aprovechado los feriados de carnaval para visitar a su mamá y sus dos hermanos en Ezeiza. Allí se tomó el Roca con destino a Constitución. Ocho estaciones después, en Banfield, alguien le arrebató el celular por la ventanilla.
Según fuentes del caso, el único testigo que se presentó contó que el joven “intentó salir por la ventana y se enredó con la mochila”. Con el tren ya en marcha, quedó colgando y cayó a las vías. Murió en el acto.
En los restos que encontraron no había documentación que le permitiera a la Policía identificarlo. Por eso fue derivado a la morgue de los Tribunales como NN y se difundió el alerta a las comisarías para cruzar los datos con denuncias por averiguación de paradero de personas con características similares.
“Él se tenía que encontrar con unos amigos para irse a Punta Indio, por eso pensamos que se había ido para allá y nos empezamos a preocupar el miércoles, cuando no llegó a su trabajo”, contaron a Clarín allegados a la víctima. Lo describieron como intrépido, pero inofensivo. “Era vegetariano, no mataba ni a una cucaracha”, recordaron.
Mirá también
Investigan si asesinaron durante un robo a una gendarme en la estación de Carapachay
Francisco trabajaba arreglando motos, solía participar de carreras amateur y estaba montando un taller mecánico en Lanús con un amigo. El miércoles tenía que estar ahí para retomar su trabajo pero no apareció. Ante esa ausencia empezó la desesperada cadena de llamadas y mensajes entre su círculo más íntimo. Nadie sabía qué había pasado con él.
Como Tomasetti tenía domicilio en Zona Norte y la última vez que lo vieron fue en Ezeiza, demoraron en tomarles la denuncia por trabas burocráticas y excusas jurisdiccionales, según denunció la familia del joven. Ayer, su hermana Mariangeles sólo pudo decir: “Estamos destruidos. No podemos creer lo que pasó”.
Recién el jueves por la noche los investigadores lograron cruzar la descripción de los tatuajes que tenía Francisco con el cadáver NN en la morgue de Lomas de Zamora. El viernes la familia identificó los restos.
La causa quedó caratulada como “Robo” y la investiga la UFI N°15 de Lomas. La Justicia busca testigos del hecho para identificar al asaltante, que escapó corriendo del lugar con el celular de Tomasetti y con el resto de sus pertenencias. Los investigadores buscan determinar si, además del celular, el ladrón se llevó otras pertenencias de la víctima, lo que explicaría que no tuviera su DNI.
Los robos de estas características son frecuentes en los andenes de los cinco ramales de la ex línea Roca. Así lo denuncian los pasajeros que advierten que hace más de un año no se ven a los prefectos que custodiaban los andenes. Desde entonces, sólo hay agentes de la Federal con recorridos aleatorios en formaciones y en algunas estaciones. Como medida preventiva, personal ferroviario recorre las formaciones alertando a los pasajeros que cuiden sus teléfonos o se alejen de las ventanillas, en especial al frenar en las estaciones.
Clarín consultó al Ministerio de Seguridad de la Nación sobre el reparto de agentes federales en las estaciones, pero no recibió respuesta.
[ad_2]
Source link