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Durante el año pasado, 79 prófugos con pedido de captura de la Justicia argentina fueron detenidos en el exterior del país. Entre ellos, el “más buscado”, el número uno, el santo grial de investigadores y cazadores de recompensas: Rodolfo “El Ruso” Lohrmann Krenz (52).
Aunque hombres de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex Side) estaban siguiendo su rastro en Lima, partido de Zárate -donde viven su madre y su hijo menor- e incluso en dos pueblos paraguayos cercanos a la ciudad de Pedro Juan Caballero, Lorhmann sorprendió a todos y apareció en Portugal.
“El Ruso” cayó luego de robar a mazazos una joyería de la ciudad portuguesa de Aveiro junto a su histórica mano derecha, José Horacio “El Potrillo” Maidana, quien también estaba prófugo de la Justicia argentina. Ambos fueron detenidos en noviembre de 2016 y aún siguen presos en Portugal. Allí los acusan de otros robos similares siguiendo la tradición de varios precursores argentinos, en su mayoría cordobeses, que hace una década cruzaron el Atlántico para asaltar joyerías y camiones blindados en España y Portugal.
Acusado de liderar el secuestro y la desaparición de Cristian Schaerer en Corrientes en 2003 -entre otros muchos casos resonantes-, Lorhmann se las arregló para permanecer oculto durante 14 años y hasta imponer el rumor de que estaba muerto. “El tipo era un cajero caminando. Siempre iba con mucha plata en el bolsillo por si tenía que arreglar con la Policía”, describió a Clarín una fuente del área de Seguridad.
Lejos de estar muerto, informes de la AFI a los que tuvo acceso Clarín lo ubican durante sus últimos años en Paraguay, cerca de la frontera con Brasil, viviendo del tráfico de marihuana a gran escala. De acuerdo a estos informes, que datan del primer semestre de 2016, “El Ruso” se movía entre Pedro Juan Caballero -base del tráfico de marihuana- y los pueblos vecinos de General Isidoro Resquin y Cecilio Báez.
Los documentos de inteligencia argentinos lo relacionan con el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un autodenominado grupo guerrillero integrado por fundadores de la ultraizquierda paraguaya, con vínculos narco. El EPP precisamente es fuerte en Pedro Juan Caballero, una zona donde la frontera con Brasil es casi imaginaria.
Todas las pistas reunidas señalan a un Lorhmann volcado de lleno al negocio del tráfico transnacional de marihuana. Como si faltaran indicios, en febrero pasado -poco antes de que se conociera la detención de “El Ruso” en Portugal-, la Policía argentina detuvo en el peaje de Zárate a Juan Carlos “Bomba” Gallardo y a su esposa, Laura Quinteros, en el marco de un operativo en el que se secuestraron 10 kilos de marihuana. Gallardo era un antiguo aliado de Lorhmann ya que junto a él asaltó el Banco Río de Baradero, en 1995.
En los operativos de febrero se allanó la casa de Gallardo en la localidad de Vuelta de Obligado (cerca de San Pedro, Buenos Aires), una propiedad que ya había sido copada por el grupo Albatros de Prefectura en agosto de 2016. No trascendió entonces pero Prefectura buscaba a Lorhmann que, se asegura, hizo nuevamente gala de su fama escapando en lancha por el río Paraná.
Como todas los historias que rodean a “El Ruso”, la de su salida de Paraguay rumbo a Portugal también tiene condimentos novelescos.
Aunque en Portugal fue detenido usando un pasaporte búlgaro falso a nombre de Nikola Petkov, se cree que viajó a Europa usando una cédula de identidad brasileña. La principal hipótesis de los investigadores argentinos es que decidió cambiar de aire para escapar de las vendettas de una guerra narco entablada en Pedro Juan Caballero.
De acuerdo a las fuentes consultadas por Clarín, en su rol de traficante Lorhmann respondía a una de las dos grandes bandas de la frontera paraguayo/brasileña, la liderada por el brasileño Jarvis Chimeres Pavao (apodado “El barón de la droga”), a quien se señala como principal aliado del Primer Comando Capital (CPP), uno de los mayores grupos delictivos de Brasil, fundado en la cárcel.
El antagonista de Pavao -que está preso desde 2009 y maneja su negocio desde la cárcel- era el empresario Jorge Rafaat… al menos mientras estuvo vivo. En junio de 2016, mientras iba por Pedro Caballero en su camioneta Hummer blindada, fue interceptado por un grupo de sicarios que acribillaron con metralletas su auto. Rafaat murió en el acto, luego de recibir 16 disparos.
El crimen de Rafaat enrareció el clima en la frontera y eso pudo haber convencido a Lorhmann de poner distancia y volver al viejo negocio de los asaltos comando. Hasta 2016, según la AFI, “El Ruso” se movía con tranquilidad por todos lados, incluso la Argentina.
Un informante que se ganó la confianza de Adelina Krenz, la mamá de “El Ruso”, asegura que en una de sus tantas visitas a la casa de la mujer en Lima (provincia de Buenos Aires), esta insólitamente le comentó: “Tengo dos hijos, una mujer que vive acá cerca y un varón que no vive en Lima pero igual hablo por teléfono y lo veo bastante seguido”.
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