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Todo persiste o se repite. No solo “Marcos” pudo mantener dos décadas su poder dentro de la villa 1-11-14 (e incluso ampliarlo a algunos sectores del Conurbano como Villa Celina, en La Matanza): de acuerdo al juez federal Sergio Torres, lo mismo logró su archienemigo, el peruano Alionzo Rutillo Ramos Mariños (“Ruti”, 52), en la villa 31 del barrio de Retiro.
Detenido en 2006 y condenado a 18 años de prisión por la “Masacre del Señor de los Milagros” (en la que murieron 5 personas, incluido un bebé), “Ruti” logró que lo expulsaran de la Argentina el 23 de julio de 2015. Se fue directo para Perú, donde dio notas mostrándose como un simple zapatero. “Llegué a manejar 30 personas pero eso terminó, ya pagué”, dijo.
En 2016 fue detenido en Lima y Torres pidió su extradición para indagarlo como jefe de una banda que vende drogas en la villa 31. Cree que no sólo siguió manejando la organización desde Perú sino que incluso entró ilegalmente al país en varias oportunidades.
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