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Las llamas en una casa del barrio El Libertador resumieron lo que fue otra madrugada de furia en San Martín con ingredientes que se repiten: narcos, tiros, muerte y descontrol.
Esta vez, quien pagó con su vida fue Antonio Miguel Cáceres (49), un vecino de El Ceibo al 7900, en Loma Hermosa. Según su familia, el domingo cerca de las 4 oyó que había una pelea en la esquina de su casa, donde funcionaría un búnker de drogas. Vigilador privado hasta hace unos meses, quizá la costumbre de ir a ver lo que pasaba le jugó en contra: no bien salió recibió un balazo en el tórax. “No hubo nada que hacer”, dijo a Clarín Alejandra, su esposa. El hombre llegó sin vida al hospital Fleming de José León Suárez.
Uno de los siete hijos de Antonio, de 17 años, se enteró lo que ocurrió con su padre y “enloqueció”. Corrió hacia el lugar pero también fue blanco de los tiros. “Una bala que iba para otra persona fue para él”, contó Alejandra. El chico recibió un disparo en el pie izquierdo y otro le rozó el hombro derecho. Fue trasladado al hospital Bocalandro y ayer ya se encontraba fuera de peligro.
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Isaías “Gatito” Rodríguez (21), un joven que vive en esa cuadra y volvía de un cumpleaños, también recibió un tiro en el brazo derecho. Un vecino que lo vio ensangrentado lo reconoció y lo llevó al Bocalandro, donde se recuperaba.
La muerte de Antonio generó bronca entre los vecinos que no tardaron en identificar al agresor y quisieron lincharlo. “La Policía no dejó que entraran porque lo iban a matar”, dijo un testigo del episodio a Clarín. Pero de acuerdo a la versión oficial, el sospechoso ya no se encontraba en el lugar.
La tensión fue creciendo con el correr de los minutos y cuando los patrulleros se fueron, los vecinos arremetieron con la casa del supuesto agresor y búnker narco. “Están todos cansados de que se vendiera droga ahí, era un aguantadero y por eso fueron y lo quemaron. Para que no vuelvan”, aseguró un vecino.
La Policía, tras los incidentes en el barrio El Libertador, en San Martín.
Son varios los que sostienen que la situación se descontroló desde hace algunos meses, con la llegada de un grupo que se dedicaba al narcomenudeo y mantenía en vilo a la zona. “A los que denunciaban iban y les pateaban las puertas, le rompían los autos y atacaban la casa”, señalaron.
Las llamas destruyeron por completo la construcción, que ardió durante varios minutos hasta que los bomberos voluntarios de San Martín lograron apagarlas.
Para los investigadores, la principal hipótesis es que todo se desencadenó por una deuda o una disputa de territorio entre transas. El caso es investigado por la UFIN° 1 de San Martín y al cierre de esta edición no había detenidos.
La muerte de Antonio es la segunda en cinco días relacionada a la venta de droga en San Martín. El miércoles, Orlando Andrés Ibánez (32) recibió tres balazos en el pecho, durante una presunta pelea entre bandas en la villa La Rana, en Villa Ballester. En medio de ese tiroteo también resultó herido un joven de 22 años que recibió un balazo en el pómulo cuando salía de su casa, ubicada en Bermejo y Mendoza.
Fuentes de la Municipalidad de San Martín consultadas por Clarín manifestaron su preocupación por la escalada de violencia que se vive en el distrito. Y anticiparon que en los próximos días habrá un cambio en la modalidad de patrullaje de las fuerzas federales y la Policía bonaerense, que trabajarán coordinadamente.
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