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Después de la polvareda que levantó la noticia del desembarco de “casas chinas prefabricadas” en el país, el Gobierno salió a aclarar que “no existen contenedores en el puerto con casas chinas”, sino que se trata de un potencial financiamiento chino para la construcción de viviendas sociales.
El subsecretario de Vivienda y Urbanismo y titular del Procrear, Iván Kerr, aclaró ante un grupo de periodistas, que -a fin de año- se llamará a una licitación pública internacional, para la captación de fondos, “no sólo de China”, sino también de otros países interesados en proveer sus sistemas de viviendas industrializadas. En el caso del país asiático, el financiamiento podría ser -en el primer tramo- de unos U$S 500 millones que servirían para la construcción de unas 7.000 viviendas, según los cálculos oficiales.
El funcionario aclaró que la movida del ministerio del Interior que dirige Rogelio Frigerio, se enmarca dentro del acuerdo de cooperación firmado entre la Argentina y China en 2014. En la primera etapa, el Gobierno priorizó otros proyectos (de energía eólica y transporte), dijo. “Ahora, se puso por primera vez, el tema Vivienda en la agenda”.
Al ser consultado sobre el perjuicio que puede tener el sector de la construcción local frente a la competencia asiática, el funcionario contestó: “Nosotros no vamos a permitir que haya ingreso irrestricto sin tener en cuenta las condiciones locales, tanto de empleo como de producción en materia de vivienda”, enfatizó. “Esto no sustituye ninguna fuente de financiamiento que se viene haciendo dentro del plan nacional de vivienda y dentro de Procrear”, retrucó.
Kerr explicó que la incursión china sólo viene a cubrir parte del déficit estructural de vivienda que tiene el país: No hay cantidad de presupuesto que alcance para cubrir ese déficit. Se necesitan 150 mil soluciones de vivienda al año. El déficit es de 3,5 millones de hogares. Un tercio de los cuales, es vivienda nueva, y unos 2,3 millones es cualitativa”, enumeró.
“Si el presupuesto del Estado es de $25 mil millones y cada vivienda cuesta un millón de pesos, sólo se llegarían a construir unas 25 mil viviendas. Siempre estaríamos por detrás y entonces se debe generar mayor cantidad de soluciones”, explicó. Y respecto de la competencia con los locales, insistió: “Hay espacio para todos”. De hecho, dijo, ya hay empresas de la Cámara de la Construcción que están en conversaciones con empresas chinas para asociarse en los proyectos.
A su lado, Ricardo Delgado, subsecretario de Coordinación de Obra Publica Federal, explicó que “China va a ser concretamente financiamiento de exportaciones”. A través del ministerio de Comercio de ese país, va a tratar de vender empresas, insumos, mano de obra china. Y recalcó las condiciones que está negociando la Argentina: “todo el empleo debe ser local y los insumos como mínimo, deben ser la mitad locales”.
Las empresas chinas, “vendrían y montarían plantas de construcción” en el mercado local. Ya que, por encima de las 5.000 viviendas que licitan, montan la planta en el lugar, aclararon los funcionarios. Mientras tanto, el Estado nacional avanza con prefactibilidad de los terrenos y también en la definición de los términos de la negociación. Las casas serían del estilo de las Procrear, con paneles de hormigón, de fabricación nacional.
Según los datos oficiales, dentro del Procrear hay 23.000 viviendas en ejecución. Se entregaron hasta ahora 3.000 y este año se van a entregar otras 10.000. Con lo cual, quedan 10.000 mas para concluir en 2018- 2019. El financiamiento chino “es una fuente adicional” para cubrir el déficit de la vivienda social, insistieron los funcionarios.
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