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El primer paro nacional en contra del gobierno de Mauricio Macri, a 16 meses de su llegada al poder, tuvo ayer una alta adhesión en todo el país, sostenido en el rol clave de los gremios del transporte. Como se preveía, no funcionaron colectivos, trenes, subtes ni aviones. Tampoco hubo bancos, mientras que la actividad comercial fue dispar. En los dos balances que se hicieron en la sede de la CGT -por la mañana, y a la tarde temprano cuando la medida ya llevaba 15 horas- se habló de un paro “contundente” y de “alto acatamiento” no sólo en el área metropolitana, también en otros grandes centros urbanos y en el interior. Sin embargo, pese a los reclamos de rectificación del rumbo económico que el Gobierno no se muestra dispuesto a hacer, el escenario inmediato tendrá tensiones pero está muy lejos de una escalada. El ánimo que prevalecía en la sede de la calle Azopardo, ya anticipado por algunos caciques sindicales, es abrir un compás de espera para seguir un diálogo que nunca se cortó. Juan Carlos Schmid, uno de los tres jefes cegetistas, habló de “un llamado de atención” al Gobierno y de “empezar a gestionar” incluso una reunión con el Presidente. “El Gobierno tendrá que tomar nota y sentarse a conversar temas de fondo”, sostuvo otro triunviro, Héctor Daer.
La CGT dijo que paralizó el país, pero que no promueve una "fogata social"
Con la mayor parte de la Argentina paralizada, el Presidente tuvo una actividad de significativo contraste: la inauguración de un “mini-Davos” regional, en el Hilton de Puerto Madero, con participación de unos 600 líderes de las finanzas y los negocios. “Qué bueno que estemos acá, trabajando”, disparó en su discurso. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, sostuvo que acciones como la huelga “no ayudan” a atraer inversiones (ver página …).
Marcos Peña: "Fue más que nada un paro del transporte"
Unas horas más tarde, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, sostuvo en conferencia de prensa que el paro era “innecesario, fuera del diagnóstico sobre los datos concretos” de la situación económica. “Hace siete meses que hay crecimiento del empleo”, remarcó, sin dejar de reiterar “la vocación de diálogo” del Gobierno. La indicación presidencial es seguir buscando acuerdos sector por sector, con aquellos “dispuestos” a dialogar, como pasó con los petroleros, la construcción, textiles y calzado. Para el Gobierno, se llegó a la medida de fuerza porque hay una CGT “frágil” empujada por los sectores más duros, algunos de cuyos dirigentes reportan al kirchnerismo. Con un gobierno envalentonado por la masiva marcha de apoyo del sábado pasado, Triaca descartó cambios en el sentido que reclama la CGT y aprovechó para abonar la estrategia de polarización electoral al emparentarlos con los K: “Este Gobierno no tiene en la agenda volver a (Axel) Kicillof y a (Guillermo) Moreno”, definió.
La potencia del paro sirvió para aliviar las tensiones internas en la CGT
Al igual que en los 5 paros generales que la CGT le hizo a Cristina Kirchner en su segundo mandato desde 2011, ante el activo rol de los gremios del transporte volvió la polémica sobre la adhesión voluntaria u obligada. “Con colectivos y trenes, la gente hubiera demostrado que prefería ir a trabajar”, decían en la Rosada, sin dejar de admitir que fue “un paro masivo”.
Los líderes de las dos CTA, Pablo Micheli y Hugo Yasky, que empujaron fuertemente a la CGT a declarar la huelga, evaluaron que fue “una jornada histórica” con “un 90 por ciento de acatamiento”.
Las mujeres que resistieron un apriete sindical y mantuvieron abierta su estación de servicio
Al paro se llegó tras un 2016 de tregua entre el Gobierno y la CGT, que incluyó la devolución de fondos millonarios adeudados a las obras sociales. Pero en ese primer año de Macri en el gobierno la economía se desplomó 2,3%. La pobreza alcanza al 32%, y la mitad de los chicos son pobres en el país. La inflación de 40% en 2016 pulverizó salarios, y CGT y gobierno discuten si se perdieron o no empleos, y se negocian aumentos -como los que dispararon el conflicto docente- con ofrecimientos que no recuperan las pérdidas por inflación. La producción industrial lleva 13 meses de caída, y en febrero industria y construcción, pilares del empleo, cayeron 6% y 3,4% respectivamente. En el Gobierno insisten que “lo peor ya pasó” y que el paro fue “extemporáneo” respecto de la situación actual. Y confían que las mejoras se verán en los próximos tres meses.
Encuesta entre empresarios Pyme: el 89% dijo que en su firma no hubo paro
Aunque la CGT planeó una huelga para “quedarse en casa”, partidos de izquierda y agrupaciones sindicales clasistas armaron desde muy temprano piquetes en puentes y accesos a la Capital. Un corte en Panamericana y 197 fue desalojado por la Gendarmería, en un operativo supervisado en el lugar por el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, con gas pimienta y carros hidrantes, en choques que terminaron con militantes heridos y detenidos.
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