La huelga y un apriete infraganti

Con la huelga general en marcha, un periodista de este medio fue testigo anoche del momento en el que un grupo de personas identificadas con remeras y pecheras del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio, Garajes y Playas de Estacionamiento (SOESGYPE) obligó a cesar la atención al público en un establecimiento del partido de San Martín, al norte del Gran Buenos Aires.

Todo se dio minutos después de la medianoche cuando unas 12 personas, que se desplazaban en cuatro vehículos, irrumpieron -de contramano- en la estación de servicio Shell de la avenida Constituyentes y Estrada, ubicada a unas seis cuadras de la General Paz. Con actitud desafiante, los hombres del sindicato que dirige Carlos Alberto Acuña, hoy nuevo Secretario General de la CGT, obligaron a los empleados del lugar a cerrar el establecimiento y colocaron una cinta perimetral en los surtidores, lo que decretó el fin de la atención.

La situación se dio ante la mirada atónita de los clientes que esperaban para ser atendidos y, de esta forma, asegurarse una reserva de combustible que les permita movilizarse a lo largo de lo que dure hoy la medida de fuerza gremial.

En las últimas horas, desde el Gobierno expresaron que buscarán garantizar el derecho a trabajar de aquellos que decidan no plegarse al paro. El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, dio a conocer ayer, por ejemplo, el plan que su cartera pondrá en marcha para impedir que se corten los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires. “Para evitarlos vamos a tener que desplazar personal de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal”, explicó.

Por su parte, la ministra Patricia Bullrich aseguró que “hay organizaciones sociales y grupos de izquierda que buscan que la gente no pueda llegar a sus lugares de trabajo”, pero aclaró que se va a “impedir y evitar que esto suceda democráticamente, a través del diálogo”.