Massa intenta resistir las fugas, pero sigue sin dar pistas del armado de sus listas

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“Dejen de hablar de fugas inexistentes”, reclama enojada la massista Graciela Camaño. “Alberto Fernández se fue hace mucho, y más desde que visitó a Milagro Sala. Y (Héctor) Daer en 2015 jugó con Scioli y sabía que no tenía espacio para renovar su banca”, dispara.

En el Frente Renovador aseguran que no quieren hablar de “rosca política”, sino de iniciativas como “Bajemos los precios” que “le está pegando al Gobierno porque la inflación no se detiene”, sostiene Camaño, que sin embargo -y para mantener a Massa alejado del barro- se ve obligada a hablar de lo que no quiere y salir al cruce de las versiones.

La última: un tuit sugestivo de Facundo Moyano en foto con el intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca, del espacio de Florencio Randazzo. “¡Dejen de ver fantasmas, si son amigos!”, le dice Camaño a Clarín. Y asegura que el FR no hablará de candidaturas, lo que para muchos es causa de nerviosismo.

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La presa más codiciada por el PJ no K es Felipe Solá. El diputado FR y ex gobernador está recluido hace diez días en su campo de General Rodríguez, convaleciente de una pequeña intervención quirúrgica que le trajo una complicación pasajera. Abocado desde enero a escribir unas memorias que se niega a llamar así, Felipe no tomó una decisión, pero está pensando sobre su futuro y con final abierto, dicen fuentes muy cercanas. Quienes hablaron con él lo pintan enigmático, dicen que le pesa su corazón peronista: “Ya les gané en 2009 y en 2013”, recuerda Solá sus batallas contra los K, a los que venció primero junto a Francisco de Narváez (a la lista “testimonial” de Kirchner, seguido de Daniel Scioli, Nacha Guevara, ¡y Massa!) y luego desde el FR, con Massa a la cabeza derrumbando la re-re de Cristina. “Hay que sacar al peronismo del dogmatismo y ponerlo en el centro de gravedad”, sostiene cuando se entusiasma.

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¿Esto significa el pase al randazzismo?, quiso saber su interlocutor. Solá, fino analista, después de la cal, puso una de arena: “La cuestión es que si perdés, quedás mezclado en la lista con ellos (los K y La Cámpora). ¿Y qué rol te queda? Fortalecer finalmente a una facción, en una campaña que la manejaría Cristina”. En su reposo, Solá se mantuvo lejos del mundo, pero ayer recibió una visita significativa, al diputado Raúl Pérez, alfil de Massa en la Provincia. Fueron tres horas de un largo desayuno, confirmado a Clarín por las fuentes cercanas a Solá y por el propio Pérez. Pérez buscó desligar su viaje a General Rodríguez de los intríngulis renovadores: “Estaba en agenda, cada veinte días me junto con Felipe”.

“Felipe tiene una importancia enorme en el FR, será cabeza de lista en la Provincia, renovará su banca. Los dos hablamos con todo el peronismo. ¿Pero adónde se va a ir? No es Daer, tendría que tener un argumento fuerte para saltar a cabeza de otra lista”, lanzó Pérez mensajes con destinatarios múltiples.

Pérez le apuntó al Gobierno, y no al espacio randazzista por la “avanzada” sobre el FR: “Es innegable que hay una operación, presiones de Frigerio y De Luca (ministro y viceministro del Interior) sobre intendentes y legisladores. Igual que el kirchnerismo, látigo y chequera para pasar al randazzismo después de haber fracasado en sumarlos a Cambiemos”.

A todo esto, Massa recibió al economista español Ramón Tamames, uno de los artífices del Pacto de La Moncloa. “No podemos seguir con la mitad de la población con ingresos que representan menos del 70% de la canasta básica. Necesitamos un gran acuerdo nacional”, sostuvo. En el almuerzo también estuvieron Roberto Lavagna y otros economistas

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