Por su parte, los disertantes insistieron que las políticas de Estado deben estar encuadradas en la prevención, porque en la actualidad el 95 por ciento de los presupuestos están destinados a la lucha contra la sustancias y sólo el 5 por ciento a tratar de evitar el consumo.
Uno de los grupos que se enfrenta a la problemática a diario es el sector educativo. En este sentido, los docentes remarcaron que en los últimos años se observa en las aulas el avance del consumo de sustancias incorporadas a corta edad. A diferencia de otros encuentros, los participantes y disertantes hablan de sustancias, porque hoy el consumo va más allá de la droga, sino que está relacionado a alcohol, cigarrillo y psicofármacos.
En ese sentido, el médico Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández de Buenos Aires, afirmó en su ponencia: “En algunos casos los chicos llegan a las sustancias legales porque los propios padres son los que proveen, como es el caso del alcohol”. Se trata de una problemática que se observa en niños desde los 9 años.
Por su parte, Cristina Maciezrynski -maestra de grado de la Escuela Nº 98 de Cerro Azul -, comentó a El Territorio que “es importante el tratamiento de la problemática de adicción porque es algo que está presente en todos los sectores”. Además, expuso que en sus pocos años en la docencia se tuvo que enfrentar a situaciones complejas con alumnos que eran adictos a una sustancia. “Lo que se observa es que muchos de los chicos que sufren de alguna adicción no cuentan con la presencia de los padres que los puedan guiar o ayudar, entonces si no tienen el apoyo de su familia, se echan a las adicciones”.
La educadora Evelyn Suárez, de Leandro N. Alem, dicta clases en cuarto grado y explicó que estas situaciones son complejas y superan al docente. “Un alumno me comentó que toma alcohol con permiso de sus padres y yo no supe cómo reaccionar y lo único que le dije fue que eso estaba mal”, relató. Y prosiguió: “La temática se debe tratar en todos los ámbitos y más en las escuelas”.
En los últimos años fueron varios los establecimientos que vieron la necesidad de capacitar al personal en la problemática del consumo, tal es el caso de la BOP 92 y Epet 24 de Andresito. Al respecto, las profesoras Vanessa y Maribel -quienes decidieron resguardar su apellido- expusieron que “es algo que antes no había en nuestra localidad, pero ahora ya se empezaron a detectar casos”. Sumando a esto, las educadoras remarcaron que “es necesario que los docentes estén preparados para afrontar estas situaciones porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar, cómo reaccionarán los chicos”.
Ante el planteo del sector educativo, el actor y productor Gastón Pauls -uno de los disertantes de la tarde de ayer- señaló que a pesar de la falta de políticas desde el Estado o de recursos, los docentes pueden hacer su aporte. “Cuando se detecta algún caso de adicción en el aulas, los docentes pueden reunir en grupos a esos chicos y comenzar a tratar en conjunto esa temática y darle el interés que en otros ámbitos no lo hacen”.
Asimismo, los expositores detallaron que una de las problemáticas a los que se enfrentan los educadores para tratar esta temática es la negación de los padres. “Siempre dicen ‘mi hijo no está en eso, pero el de fulano sí’, y eso hace que cueste más avanzar en la problemática”, sentenciaron.
Consumo es un problema de salud
El médico Carlos Damin señaló que el consumo de sustancias no debe ser visto como un problema de seguridad, sino que en la actualidad es un problemática de salud. Esto se debe a que una persona que padece algún tipo de adicción siempre será tratado en el ámbito médico.
Por otro lado, el profesional remarcó que es importante hablar del consumo de sustancias y no sólo de drogas. En referencia al tema dijo que los datos de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) indican que “hay muchos más problemas con las sustancias legales -alcohol, tabaco o psicofármacos- que con las ilegales, tal como es la marihuana, cocaína u otro derivado”.
Según los datos de la ONU al año, en el mundo, mueren seis millones de personas por consumo de tabaco y 300 mil por incidencia de sustancias ilegales.