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El 2016 cerró con una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) del 2,3% pero en el último trimestre de un año complejo se empezaron a destacar indicadores más alentadores, especialmente en algunas cadenas del sector agropecuario, la columna vertebral de la economía de la Región Centro.
“Desde fines de 2016, la economía del interior viene mostrando cambios mensuales positivos tanto en producción como en consumo. La agroindustria registra un importante dinamismo en la venta de insumos, equipos y maquinarias”, señala Ana Inés Navarro, economista de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral y directora del informe de Indicadores Económicos de la Región Centro, que se publica en forma trimestral.
Este trabajo, además, adelanta que hay un alto grado de consenso en relación a una reactivación de la economía en el 2017, que se ubicaría cerca del 3% del PIB. “También es oficial que la economía salió de la recesión ya que, a fines del año, se registraban dos trimestres consecutivos con variaciones positivas del PIB libre del efecto estacional”, señala el informe.
El nivel de faena en los frigoríficos de la Región Centro se contrajo, pero aumentaron las exportaciones.
Las mediciones de empleo para el cuarto trimestre de 2016 del Indec, evidencian que en la Región Centro el empleo urbano es mayor al del resto del país. Se destaca el Gran Rosario y la ciudad de Río Cuarto con tasas de empleo de 44% y 43%, respectivamente.
El informe analiza la coyuntura de los principales rubros. La industria de la maquinaria agrícola, que se concentra en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, es uno de los sectores que muestra mayor recuperación. En el último trimestre de 2016, la facturación creció un 131%, en comparación con el mismo período del año pasado.
“Si se comparan las ventas en unidades, en el cuarto trimestre todos los segmentos registraron crecimiento. Las cosechadoras presentaron el mayor incremento (157%) y luego siguen las sembradoras (70%), los implementos agrícolas (21%) y los tractores (12%)”, indica el Indec.
La faena en los frigoríficos de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, en cambio, se contrajo 4,6% en el 2016, en comparación con el 2015 (la caída a nivel nacional es del 5,4%), pero la exportaciones crecieron: “Las 252.000 toneladas que se embarcaron el año pasado están un 4,3% por encima del nivel del año anterior. Y también se incrementaron un 9% las exportaciones de la cuota Hilton”, dice la Austral.
Hay un leve repunte en las granjas avícolas de Entre Ríos, que concentran el 60% de la faena nacional.
En las granjas avícolas entrerrianas, en donde se concentra el 60% de la faena argentina, hubo un leve repunte del 0,8% en el último año, que contrasta con la caída de casi 10 puntos porcentuales que se dio a nivel nacional durante el 2016.
La lechería es uno de los sectores más complicados, con cientos de tambos cerrados o en peligro y una grave crisis financiera en SanCor, la principal empresa láctea de la Región Centro.
Las consecuencias de las inundaciones y los problemas de rentabilidad en la cadena golpearon fuerte el ordeñe. En Santa Fe, por ejemplo, en el 2016 se ordeñaron 507 millones de litros menos que en el 2015 (la producción cayó de 2.931 millones de litros a 2.424 millones de litros en los tambos santafesinos. Es un 17% menos).
A nivel nacional, la producción argentina de leche bajó de 11.313 millones de litros (2015) a 9.895 millones de litros (2016), según las estadísticas del Ministerio de Agroindustria (son 1.428 millones de litros menos; un 12%).
Las inundaciones y los problemas de rentabilidad redujeron un 12% la producción de leche en la Argentina, durante el 2016.
Al replegarse la oferta de leche, las exportaciones de lácteos cayeron un 14% en la Región Centro, en un contexto de mejores precios internacionales. “La distancia exportadora entre la Argentina y Uruguay pone en magnitud la pérdida de inserción internacional del sector nacional, producto de las malas políticas que se sostuvieron durante años. Los uruguayos exportan el 70% de la leche que producen y aquí no se llega al 20%. La crisis de esta cadena avanza sobre las principales usinas de producción que enfrentan problemas de sobre costos y financieros de magnitud”, plantea la Universidad Austral.
La construcción y la industria automotriz son dos rubros que son sensibles a los vaivenes de la agroindustria. En el negocio de los autos hay algunos indicadores positivos. La Asociación de Fabricantes de Automotores, por ejemplo, informó en diciembre una suba interanual de 27,3% y en la Región Centro, la venta de vehículos creció 9% en el 2016.
En el negocio de los ladrillos, en cambio, hay datos parciales que advierten que el sector retrocedió cerca de un 20% en la región y con una caída en los despachos de cemento del 10% durante el año pasado.
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