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La estrategia de llevar productos al por mayor para gastar menos venía en auge entre las familias para las compras de supermercado. Según Kantar Worldpanel, unos 5,6 millones de hogares pisaron los híper mayoristas el año pasado, 400.000 más que en 2015, y les hicieron vender un 9% más. La novedad es que en los últimos días, por el inicio de clases, el comportamiento se trasladó con fuerza a las librerías que venden en cantidad, para afrontar incrementos de hasta 60% en los costos de llenar la mochila.
Una recorrida de Clarín encontró a las principales librerías mayoristas de la Capital trabajando a pleno, sobrepasadas por una demanda que notan mayor a la de años anteriores. Tanto en las calles Larrea y Azcuénaga, del Once, como en el polo comercial de la avenida Jujuy, en San Cristóbal, la imagen se repite a la entrada de cada distribuidor: una larga fila de personas que, con listas escolares en mano, esperan en la vereda. Son en muchos casos familias enteras, con varios hijos, que reciben un número y quedan a la intemperie hasta que, una o dos horas después, llegan a la puerta y les permiten el paso.
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Ya en la semana pasada se vieron filas de 30, 60 e incluso más clientes frente a cada comercio, por cerca de media cuadra. Y en las últimas horas, a medida que comienzan las clases en los distintos distritos, la afluencia creció aún más. “Temprano, antes de abrir, ya tenemos más de 20 personas esperando, y luego no hay momento en que afloje”, destacan en una librería de Larrea y Bartolomé Mitre. “Estamos a pleno -afirman-, pero la gente lleva poco. Se llevan las ofertas y no mucho más.”
“Hoy la única forma de esperar un poco menos es llegar a las 8 de la mañana. Después pasa a haber una hora de cola como mínimo hasta cerrar”, coincide un comerciante de la avenida Jujuy, a metros de la autopista 25 de Mayo.
Padres e hijos, ayer, esperando para comprar en un mayorista de avenida Jujuy. FOTO GERMAN GARCIA ADRASTI
El gran atractivo de estos negocios es la chance de gastar un 32% menos en promedio que en librerías minoristas y supermercados, y de ahorrar hasta 45% en algunos casos, según un relevamiento de Clarín sobre 24 artículos clave. En mayoristas, por ejemplo, pinturitas Jovi de $ 45 bajan a $ 25 (44% menos), marcadores Greencastle de $ 65 caen a $ 38 (-42%) y lápices de colores Faber de $ 59 se consiguen por $ 38,50 (-35%). Asimismo, cuadernos Éxito de tapa dura pasan de $ 88 a $ 60 (-32%), se pagan a $ 24 las témperas Maped de $ 40 (-40%) y la Plasticola de 40 gramos sale $ 11,80, un 36% menos.
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A cambio, el requisito es comprar en cantidad. Unos locales piden gastar al menos $ 200 y otros, $ 500. Además, por ejemplo, muchos venden cuadernos sólo de a cinco y lápices de grafito únicamente por docena. Pero en otros productos se admiten compras por unidad, como en repuestos de 480 hojas N° 3, que están entre 20% y 25% más baratos que en minoristas (los de marca, desde $ 145) y suelen ser la gran atracción.
Compra de útiles escolares, ayer, en avenida Jujuy. FOTO GERMAN GARCIA ADRASTI
“Este año la compra en mayoristas se está notando mucho más, por la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Los padres ven que, si se agrupan y compran en cantidad para repartir, defienden su poder de compra”, considera Héctor Polino, fundador de Consumidores Libres, quien pide al Gobierno impulsar la creación de “cooperativas escolares” para que los padres, juntos, puedan acceder a ahorros aún mayores.
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Para la gente, mientras, la espera en pie se hace larga, y por momentos agobiante cuando el sol pega de lleno. Por eso, muchos terminan sentados en la vereda. Para atenderlos, frente a los locales de la avenida Jujuy, se ven incluso vendedores ambulantes que proveen a las familias de agua mineral, gaseosas y sánguches.
A los mayoristas el fenómeno los favorece e incluso varios empiezan a promoverlo abiertamente, ya sin el clásico temor de ofender a los comerciantes del rubro. “¡Precios por mayor al público!”, anuncia una vidriera. “¡Traé tu lista escolar y comprá por mayor!”, invita otro cartel, que también advierte: “consulte mínimos de compra”. Por febrero y marzo, además, muchos decidieron abrir sus puertas también en sábados y domingos.
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Por eso, en la Cámara de Papelería, Librerías y Afines (CAPLA), que agrupa a los minoristas, ya no ocultan el malestar. “Es un mito que la gente ahorra porque, al no recibir el debido asesoramiento, termina comprando mal, por demás y sin ninguna chance de hacer cambios”, asegura Daniel Iglesias López, presidente de la entidad. Y acusa: “Ellos no venden, despachan. No están preparados para atender al público general y sin embargo lo hacen, en un acto de deslealtad“.
Según CAPLA, los aumentos de los útiles promediaron 23 a 25% en el último año. Un relevamiento de Consumidores Libres, sin embargo, registró subas en torno al 27,6% para unos 37 útiles, del 35% en mochilas y superiores al 46% en indumentaria. Los mayores impactos, según el trabajo, estuvieron en algunos pegamentos (58%), zapatillas (45%), guardapolvos (53%), repuestos y blocks de hojas (40%) y carpetas (40%).
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