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Dicen que “no se puede estar bien con Dios y con el Diablo”. Y eso también se lo dicen en Córdoba a Enrique Maldonado, de 60 años, que es cura en un pueblo e intendente en otro.
“Será un desafío ser párroco de Villa de las Rosas sin dejar de ser jefe comunal en Chancaní, pero haremos lo posible para cumplir con las dos misiones”, contestó a La Voz del Interior.
El sacerdote católico será la autoridad máxima de la parroquia que está en la localidad del valle de Traslasierra. Ocupará el lugar del padre Mirko, el cura polaco que se fue hace dos semanas, sin dejar rastros.
Horas antes, se generó un confuso episodio que incluyó la denuncia de una mujer por un hecho violento con ese cura. Así fue como el pueblo se quedó sin sacerdote y la Iglesia convocó al intendente Maldonado.
“El cura que no vuelve”, llaman a su antecesor, Miroslaw Zadzilko.
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Chancaní (el nombre viene del quechua chancay: “comienzo”, inicio de la llanura y chancaní : “cortejando con tajos profundos”, por el aspecto de las sierras a causa de la erosión de las aguas) tiene a sus poco más de 100 habitantes hablando del “cura intendente”.
En 2015, para postularse a legislador del Frente para la Victoria por el departamento Pocho, Maldonado tuvo que dejar de ser sacerdote. No ganó. Pero se convirtió en jefe comunal.
Dos años después, se hará cargo de sus dos pasiones: el crucifijo y el infierno grande de un pueblo chico.
“Cuando decidí ir por la comuna, pedí que se me desvinculara del estado clerical, pero ese alejamiento no se formalizó en este tiempo, y ahora el obispo Santiago Olivera me pidió que me hiciera cargo de la parroquia de Villa de las Rosas, al menos los fines de semana”, contó a La Voz. Pero aclaró que “preferiría no dar misa en Chancaní, para no mezclar las cosas”.
Exactamente el 19 de mayo, tras “una misa de regreso”, volverá a la práctica sacerdotal quien ya es un líder social en Traslasierra.
De lunes a viernes, el cura intendente vivirá y administrará la política en Chancaní. Pero los sábados y domingos hará 90 kilómetros hasta la “ex parroquia del padre Mirko”.
Maldonado es “el cura que vuelve”.
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