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Nueve meses después de la tragedia de Time Warp, en la que cinco jóvenes murieron por sobredosis de éxtasis, anoche reapareció en televisión el abogado y empresario Víctor Stinfale, quien fue detenido en mayo pasado por pedido del fiscal federal Federico Delgado, que lo acusó de ser el organizador principal de la fiesta electrónica a través de la empresa “Energy Group”, manejada por terceras personas.
Invitado al programa “Animales sueltos”, de Alejandro Fantino, Stinfale se mostró enojado con el fiscal que lo envió 70 días a la cárcel y al que tildó de ser “un cobarde y un delincuente”. Pero fue más allá en sus dichos: “Yo me voy a cargar al fiscal Delgado”, sentenció, al sostener que “a él nunca le interesó esclarecer el hecho, con cinco pibes muertos”.
A principios de julio de 2016, la Cámara Federal ordenó excarcelar a Stinfale, al presidente de Dell Producciones Adrián Conci, a los apoderados de la firma Carlos Garat y Máximo Avila, al encargado de seguridad Carlos Penise y a Martín Gontad, uno de los organizadores de la fiesta electrónica.
Stinfale se mostró públicamente anoche luego de que la Cámara Federal porteña dispuso el lunes el apartamiento del fiscal de la causa en la que se investiga la muerte por ingesta de drogas sintéticas de cinco jóvenes que asistieron a la fiesta electrónica que se realizó en Costa Salguero.
Visiblemente molesto con el desempeño del fiscal, Stinfale sostuvo que Delgado “violó todos los secretos de sumario” de la causa y lo acusó de ser un “adicto a los medios de comunicación” porque “habló con todos los programas de chimentos para hacerse famoso y conocido”.
“Este tipo mentiroso no le contó a nadie que yo lo denuncié por cinco delitos en el juzgado federal 8. No le contó a nadie que está siendo investigado y que tiene pedido de entrecruzamiento de teléfonos. Este tipo termina en indagatoria. Termina procesado”, sentenció Stinfale.
Según reveló anoche Fantino, por una conversación que mantuvo con Delgado, el fiscal sostiene que la Cámara Federal, con la decisión de apartarlo de la causa, busca diciplinarlo porque Delgado considera que es uno de los pocos que “denuncia, va rápido y esta es una manera de sacarme del sistema judicial”, hizo público el conductor con la autiorización del fiscal.
Pero Stinfale volvió a la carga contra Delgado: “Conmigo se va a ir por la puerta del costado porque ahí queda la Alcaidia (de Tribunales), cuando tenga que fichar el pianito y se tenga que limpiar las manos con la yerba porque es de la única forma que te podes sacar la tinta de los dedos”.
Esta semana, la sala II del tribunal de apelaciones hizo lugar a un planteo de la defensa de Stinfale y ordenó remover al fiscal a pesar de que el juez de la causa, Sebastian Casanello, había rechazado la recusación contra Delgado, hecho que no era apelable.
Los camaristas Eduardo Farah y Martín Irurzun decidieron hacer lugar al recurso de queja y dispusieron apartar al fiscal del caso tras poner en duda su objetividad y su capacidad para ajustarse al trámite del expediente.
El fiscal Delgado fue cuestionado por las querellas por haber pedido la elevación a juicio de algunos de los acusados antes de que el juez del caso, que no delegó la investigación, diera por concluida la pesquisa.
“La actuación del fiscal en el expediente, considerada no de forma fragmentaria sino en su conjunto, lleva a esta altura a dudar seriamente de que su objetividad en el caso esté conservada”, sostuvieron los camaristas.
Aunque los camaristas recordaron que al fiscal no se le exige “imparcialidad”, sostuvieronlos representantes del Ministerio Público “están sujetos a determinados principios específicos entre los cuales se encuentra el deber de actuar con objetividad”.
En un fallo de 10 páginas, escrito en muy duros término, Farah e Irurzun remarcaron que cualquier fiscal debe procurar “la verdad y ajustarse en sus requerimientos y conclusiones a las pruebas legítimas, sean éstas contrarias o favorables al imputado”.
Para decidir el apartamiento del Delgado, los camaristas le achacaron, entre otras cosas, el “desinterés por el descubrimiento de la verdad objetiva que, a esta altura, su inflexible posición evidencia”.
Los camaristas también lo acusaron de ser indiferente “frente a la postura de las otras partes del proceso -sean defensas o querellas-“ y lo reprendieron por haber denunciado públicamente que las defensas recurrieron a maniobras dilatorias.
En la causa conocida como Time Warp fueron procesados empresarios vinculados con la realización de la fiesta electrónica pero también funcionarios porteños y agentes de Seguridad que debieron velar por su buen desenvolvimiento.
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