Vidal consiguió imponer su condición para negociar: que las escuelas estén abiertas

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El lunes, por primera vez desde que comenzó el año escolar, la provincia de Buenos Aires comenzará la semana sin una amenaza o un anuncio de huelgas docentes. Es cierto que la situación pierde algún brillo porque se tratará de una semana de sólo tres días hábiles, pero es un dato que pondrá contentos a buena parte de los bonaerenses.

Más que una solución al conflicto, la situación se parece más bien a un congelamiento. Cinco de los seis sindicatos docentes ya le avisaron a María Eugenia Vidal que no harán más huelgas para recomenzar la negociación paritaria, pero hay uno, SUTEBA, que concentra el 40% de los docentes sindicalizados y que conduce el hoy famoso Roberto Baradel, que nunca prometió eso: se limitó a firmar un comunicado de todo el Frente gremial en el que no se anuncian paros.

Aunque inestable, esa es una victoria de Vidal, porque logró imponer la condición que pidió para seguir hablando de aumentos salariales: que la discusión siga con los alumnos y los docentes en las aulas. Sin embargo, cerca de la gobernadora nadie se anima a festejar. “Yo no veo posible que Baradel firme una paritaria antes del 17 de mayo porque ese día tiene elecciones en su gremio y su campaña hacia el frente interno es seguir mostrándose duro. Él no puede salir de ese plan al menos por las próximas cinco semanas”, le dijo a Clarín uno de los ministros que lleva adelante el día a día del conflicto.

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La prueba de esa precariedad es que el gobierno provincial no tiene reuniones pautadas con los sindicatos. Con ninguno de ellos. El lunes, Vidal reunirá a sus ministros en La Plata para evaluar la situación, y lo más probable es que de allí salga una invitación para que los técnicos de los gremios y los del Estado vuelvan a juntarse a negociar, seguramente después de la Semana Santa.

A los funcionarios bonaerenses les agrada enfrentar un paisaje sin paros en el almanaque, pero nunca esquivarán los enfrentamientos con Baradel, un enemigo que les sirve como contraste deseado.

Según el tracking de encuestas diario que tiene contratado la gobernadora, en los últimos veinte días -con el recrudecimiento de la pelea docente, el paro de la CGT y el conflicto sindical amplificado- Vidal recuperó los niveles de imagen positiva que tenía en el verano, cercanos al 65% de aceptación entre los bonaerenses. Incluso Mauricio Macri, según muestran esos mismos sondeos, logró salir de la zona roja en que había caído en febrero, cuando la imagen negativa superó a las valoraciones positivas sobre su gestión. Hoy, esa situación cambió.

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