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Para Maria Sharapova, lo peor ya pasó. Su sanción por consumo de Meldonium en un control antidoping, originalmente de dos años y luego reducida a 15 meses, está pronta a terminar y la rusa volverá al ruedo en el torneo de Stuttgart, que comienza el 24 de marzo. Sin embargo, a la ex número uno del mundo todavía le dura el encono contra la Federación Internacional de Tenis: reclama que nadie le avisó específicamente que la droga que ella consumía iba a ser prohibida, y que eso causó el episodio que derivó en su positivo.
Maria Sharapova todavía no volvió y algunas de sus colegas ya le tiraron palos
“¿Por qué no vino nadie a mí para tener una conversación privada, sólo de dirigente a deportista?”, se quejó la ganadora de cinco Grand Slams en una entrevista al periódico británico The Times. Desde el 1 de enero de 2016, el Meldonium, que ella tomaba regularmente, fue incorporado a la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje. El control que señaló que Sharapova lo había consumido se realizó en el Abierto de Australia.
De todas maneras, Sharapova asumió la responsabilidad: “En última instancia, la culpa fue mía. Había estado intentando conseguir la autorización para todo lo que estaba tomando durante siete años y me volví complaciente”.
Sharapova ya había criticado a la Agenda Mundial Antidopaje por falta de claridad para informar sobre los cambios en las sustancias prohibidas. Y había dicho que se lamentaba por no tener “un médico a tiempo completo”.
Además de jugar en Stuttgart, donde ganó tres veces el título, Sharapova recibió invitaciones para participar en los certámenes de Roma y Madrid.
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