A más de tres años del homicido de su hija, por el que fue condenado el encargado del edificio, Jorge Mangeri, todavía se la nota visiblemente conmocionada.
Luego de la movilización, habló sobre cómo viven las mujeres en Argentina, y dijo: “Hay que cambiar el paradigma cultural. La educación para las generaciones futuras es un pilar fundamental para que esto vaya decreciendo con el tiempo. Hay que enseñarle a los chicos todo el trabajo que se está haciendo. Vivimos en una cultura machista. Como mujeres, tenemos que asumir que también somos un poco machistas”.
“La violencia de género existió siempre, el femicidio -el caso de Ángeles- es la última instancia de la violencia de género: morir por ser mujer. Abarca a toda la sociedad. Puede pasarle a cualquiera”, dijo.
Además, analizó: “Hay que cambiar todo un sistema, no es de un día para el otro. No es que mañana, mágicamente, no vamos a tener mujeres maltratadas o quemadas”
Jimena Aduriz también se tomó un minuto para aconsejar a las mujeres que, actualmente, son víctimas de violentos que las atacan física y psicológicamente. “Hay que denunciar, no se callen. No hay que dejar solas a las personas que están siendo abusadas”.
Y, en este tramo de la entrevista, aportó un mensaje clave para poder entender por qué hay hombres que asesinan a las mujeres. “El círculo de la violencia no comienza con el golpe. Una mujer que perdona el primer golpe viene de ser sometida durante años. El victimario hace todo un trabajo de dejarla en soledad, de humillarla, de sometimiento, de bajar el autoestima. Hay un circuito anterior al golpe. El amor no es violento”.
Jimena habló también sobre el asesinato de su hija, y sobre el homicida Jorge Mangeri, que simulaba ser un simple encargado de edificio pero era, en realidad, un violento capaz de matar. “No estoy preparada para ver a Mangeri”, dijo la madre de Ángeles. “Fue una persona que durante 11 años trabajó como encargado del edificio. Teníamos confianza depositada en él”, indicó Jimena.
Por otro lado, señaló: “Mi hija no vuelve. La búsqueda de justicia es impetuosa. Mangeri tiene que cumplir la condena en la cárcel. Pero ‘Mumi’ no vuelve. Si uno está agarrado de la justicia terrenal, uno después del juicio se cae. Cuando lo condenaron a cadena perpetua sentí que la volvía a enterrar de nuevo. Hubo cierto alivio, pero no hubo alegría”.
“Está el alivio de la condena, pero no es lo único. Uno tiene que transitar toda su vida con ese dolor. La justicia no es justicia. Mi hija está en un cementerio enterrada, ella no vuelve”, concluyó.