Crisis en Venezuela: grupos de tareas del chavismo, en motocicleta y disparando a la gente

0
87

[ad_1]

El mecanismo de asfixia política del régimen venezolano difiere apenas en detalles con los procedimientos que seguían los modelos autoritarios en la larga noche de las dictaduras en América del Sur. La novedad son los atacantes motorizados armados al estilo de los basij que ganaron fama cuidando la retaguardia el régimen del ex presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, especialmente cuando ganó de un sospechoso modo la reelección en 2009. El detalle es que la versión persa de este gran amigo de Hugo Chávez, era también en motocicleta pero el de atrás llevaba una gruesa cadena con la que golpeaba a la gente que protestaba en las calles. En Venezuela el sujeto lleva una pistola o una escopeta. Y la usa.

Junto a un grupo de policías fueron identificados un grupo de hombres encapuchados portando armas largas, que enfrentaron manifestantes (Twitter / NoticiasVenezue)

En diciembre de 2015, después que el chavismo perdió invariablemente el control del Parlamento a manos de la oposición en las elecciones del domingo seis de aquel mes, el centro de la ciudad se pobló de hileras perfectas de las motos negras. Esperaban la orden para actuar, es decir ir sobre el resultado para reducir la ventaja de la disidencia que era aplastante. Por eso mismo, posiblemente, los jefes militares decidieron retroceder. No era claro si la tropa de los mandos inferiores iba a acompañar la brutalidad de los parapoliciales.

Durante un puñado de meses de 2014 estas bandas impunes actuaron indiscriminadamente en la principales ciudades. El saldo de la presión alcanzo a 43 personas en su mayoría jóvenes. Aquella rebelión se inició en una universidad como denuncia de la inseguridad después de que una estudiante fue atacada en un campus. Pero pronto la consiga inicial se completo con el reclamo contra la inflación, el totalitarismo del régimen y la crisis generalizada por el desabastecimiento de alimentos y medicinas. Los partidos políticos opositores se sumaron a las demandas y se convirtió en una bandera política de cambio.

Antiguo fabricante de relatos y de post verdades, el régimen achacó esos violentos sucesos, y especialmente su saldo de muerte, a los partidos disidentes. El principal fue Voluntad Popular, la fuerza de Leopoldo López quien acabó acusado de las muertes producidas por las bandas de parapoliciales y condenado a tres lustros de prisión en un juicio que el propio fiscal, tras huir de Venezuela, reconoció que fue malversado.

Las nuevas protestas, que tiene un tono más definido y quizá definitivo en esta Venezuela derrumbada, se iniciaron tras el fracaso de la mediación del Vaticano. Y los procedimientos se han repetido. Durante las marchas de todo este día en demanda de elecciones, libertad de los detenidos políticos y alivio a la crisis económica, se vieron hileras de los grupos de paras a bordo de sus motocicletas. Como en Irán, que los jóvenes usaban sus teléfonos para difundir la barbarie de la represión por el mundo, también en Venezuela las redes exhiben el rostro feroz de un régimen ya devenido en tiranía