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El asesor presidencial estadounidense para temas internacionales y responsable de reactivar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, Jason Greenblatt, continuó con su ronda de contactos. Si el día anterior estuvo reunido con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante 5 horas, este martes mantuvo un encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.
Aunque no tan extensa como la mantenida con Netanyahu, la reunión con el presidente palestino también se celebró en un marco de buena sintonía. Abbas es consciente de que tiene las de perder si opta por tensar la cuerda con la actual Casa Blanca, así que parece haberse decantado por la diplomacia. Otra cosa es que su actitud condescendiente hacia la Administración Trump luego le pase factura en la calle. Abbas, cuyo mandato legal expiró hace ya siete años y quien sigue gobernando por decreto, presenta unos índices de valoración popular bajísimos. Por otro lado, según una encuesta del Palestine Centre for Policy and Survey Research de Ramallah publicada este martes sólo el 9% de los palestinos creen que la Administración Trump reactivará el proceso de paz.
Aún así, parece que Abbas –que recientemente recibió una breve llamada del presidente de EE.UU. Donald Trump, quien le invitó a visitar Washington (algo que ya hizo Netanyahu a mediados de febrero)– quiere persuadirle de que modere sus posiciones iniciales, claramente a favor de los intereses de Israel. Para ello cuenta con el apoyo de los monarcas árabes que asumen algún tipo de responsabilidad sobre los lugares santos del Islam en Tierra Santa, entre ellos los reyes de Arabia Saudita, Jordania y Marruecos.
Según fuentes del entorno de Abbas, éste habría sugerido a Greenblatt negociar ciertas medidas de confianza con sus interlocutores israelíes de cara a reactivar las negociaciones. Entre ellas estarían una nueva moratoria temporal en la construcción de asentamientos (algo que al día de hoy parece inviable con la composición del gobierno israelí) y la liberación de los presos palestinos que cumplen sentencias de larga duración y que fueron encarcelados antes de la firma de la Declaración de Principios y los Acuerdos de Oslo a finales de 1993.
Otra de las sugerencias de Abu Mazen (como se conoce popularmente al líder palestino) habría sido retomar las negociaciones bilaterales a partir del menú de propuestas desarrollado por el anterior Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien actuó como mediador entre las partes durante los años 2013 y 2014. Según se ha filtrado recientemente, Kerry logró reunir en Aqaba (Jordania) al Rey Abdalá II de Jordania, al presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi y al propio Netanyahu en febrero de 2016.
Durante esta mini-cumbre regional –que se mantuvo en secreto hasta que hace unas semanas fue descubierta por el responsable del Partido Laborista y líder de la oposición en la Knesset, Isaac Herzog– se discutieron iniciativas como la de permitir a los palestinos construir masivamente en las zonas rurales de Cisjordania (todavía controladas por Israel), impulsar proyectos de desarrollo económico o promocionar la llamada “Iniciativa Árabe de Paz” que fue aprobada por la Liga Árabe en 2002 y que plantea el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel por todos sus miembros a cambio de que éste haga la paz con los palestinos.
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