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Las bandas del narcotráfico paralizaron zonas centrales de Río de Janeiro. Quemaron ocho ómnibus y dos camiones, tres de ellos en la Avenida Brasil. Fue una represalia, según indicaron fuentes policiales, a una operación de las fuerzas de seguridad en dos de las favelas cariocas.
Los ataques, que se produjeron hoy a media mañana, desencadenaron pánico y provocaron largos embotellamientos del tránsito en diversas partes de la ciudad, incluida la Bajada Fluminense.
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Las escuelas suspendieron las clases en las zonas donde fueron quemados los vehículos.
Los bomberos tuvieron trabajo toda la mañana en Río de Janeiro. Hubos dos camiones y ocho ómnibus incendiados. REUTERS
La policía la emprendió luego contra una favela, Ciudad Alta, donde supuestamente se habían protegido los narcos. Allí detuvieron a medio centenar de sospechosos y secuestraron fusiles, pistolas y granadas. El Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) informó sobre la muerte de dos sospechosos.
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El vocero de la policía militar, Ivan Blaz, declaró a la prensa que el incendio del transporte colectivo fue un “problema” entre facciones rivales, en Ciudad Alta.
La gente bajó de las favelas y saqueó los camiones siniestrados. REUTERS
El centro carioca de operaciones del tránsito recomendó a los automovilistas que eviten la región, que en los hechos quedó en manos de los grupos narcos.
Con la crisis financiera que atraviesa el gobierno del estado de Río de Janeiro, las fuerzas policiales han perdido la efectividad que mostraron en las épocas del Mundial (2014) y de la Olimpíada (2016). La ciudad volvió a ser presa de enfrentamientos entre bandas y de éstas con las fuerzas de seguridad.
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