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La encuestadora Datafolha, una de las mayores consultoras brasileñas, realizó una suerte de ensayo sobre el escenario electoral para 2018. La investigación reflejó, también, las tendencias políticas de la ciudadanía de Brasil y sirvió para evaluar el estado de rebelión contra las medidas impulsadas por el presidente Michel Temer, tales como la reforma laboral y previsional. El jefe de Estado brasileño, que asumió como consecuencia del impeachment contra la ex presidenta Dilma Rousseff, tiene un nivel de impopularidad récord entre quienes ocuparon el cargo desde la democratización. La respuesta, entre los 2.700 encuestados, es que en sus 12 meses de gestión, el gobernante acumuló un fuerte rechazo a su figura: 61% de la población juzga que su figura es mala o pésima y apenas 9% la aprueba. En cuanto a los dos proyectos de ley que tramitan en el Congreso, y que fueron enviados desde el Poder Ejecutivo, ambos generan la reprobación de 71% , en cuanto 87% está en contra de la edad mínima que la medida pretende imponer para la jubilación: de 62 años para la mujer y 65 años para el hombre.
El segundo resultado que arrojó la encuesta se refiere al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En la primera vuelta se lleva las palmas: está en el primer puesto con 30% de los potenciales votantes; es seguido atrás por Marina Silva con 16% y luego por un personaje de la extrema derecha: Jair Bolsonaro del Partido Social Cristiano, que obtuvo un respaldo de 14%. Medidos los presidenciables sin contar con Lula, es Marina la que obtiene la votación más contundente, con 25%. Esto parece rescatar la figura de la política que se mantuvo en silencio y sin protagonismo a lo largo de los últimos años, los más convulsionados de la historia reciente.
Otro dato singular es la introducción del juez Sergio Moro, que comanda la causa Lava Jato, como eventual candidato a presidente. Entra en el ranking de los mas votados con 9% de aval, a partir de quitarle votos a Marina Silva y a Bolsonaro. Finalmente hay una tercera conclusión que importa en esta encuesta: los tres candidatos fijos del Partido Socialdemócrata (PSDB) tienen un desempeño muy abajo del esperado. El gobernador paulista Geraldo Alckmin recibe, en media, un apoyo de 3% de los electores. Y el senador Aécio Neves, quien compitió con Rousseff en 2014 y perdió, consigue apenas un 5%. Mejor posicionado parece estar Joao Doria, el actual intendente de San Pablo y también del PSDB: también tendría hoy 5% del caudal de votos; pero su ventaja es que no figura como político mencionado por los casos de corrupción, lo que le daría más resto.
A modo de síntesis, los consultores subrayan el fortalecimiento de Lula, la permanencia de Marina Silva con capacidad para ganar al propio Lula en una segunda vuelta y la emergencia del candidato de la derecha Bolsonaro, que en todos los casos ocupa el tercer puesto.
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