Miedo escénico

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El italiano Giulio Andreotti afirmó, hace varios años, que no desgasta el poder, lo que desgasta es no tenerlo. Y, en una guerra sinfín entre halcones y palomas, con el lanzamiento de Horacio Rodríguez Larreta, se afianza mucho más el desmembramiento de la alianza de JxC en Misiones. Adelante, y con kilómetros de distancia, el Frente Renovador impone certezas.

Escribe Emilia Guevara. Periodista (USAL). Maestrando en Gobierno (UBA).

No es necesario recapitular mucho sobre la interna, pero sí es válido mencionar cómo el jefe de gobierno porteño, autopercibido desarrollista, intenta mostrarse antigrieta. Justo él, que puede asumir la carrera a la presidencia gracias a una grieta que alimentaron durante años. Típico discurso populista y de cotillón, que heredaron muchos politiqueros amarillos de Misiones. Por otro lado, Patricia “la montonera” Bullrich, plantea que no hay más tiempo para los tibios y quizás se referencia fuerte con su pasado fabricabombas. Pero, en síntesis, nada más alejado de ser “antigrieta” que hacer una interna pública. Es la réplica de un sismo partidario, pero sostenida en el tiempo.

Como una cascada que no cesa, el derrame de esta interna se evidencia en Misiones. Son las consecuencias de jugar partidas en el telón nacional para intentar incrementar una representatividad que no se traduce a soluciones reales para el misionero. Juntos por el Cambio no logra dar en la tecla de los acuerdos por la incapacidad absoluta de poner los intereses colectivos delante de los personales. Sobre todo si es tomada como una profesión de medio tiempo electoral. Paralizados y sin definiciones, el miedo provoca errores y sangre pero, además, desconcierta fuertemente al electorado. No es una teoría muy difícil de entender: van a elegir a la opción que brinde certezas en tiempos de tanta incertidumbre. Y, hay que decirlo, las internas no le dan certeza a nadie. Porque no hay candidatos a 70 días de las elecciones, porque no existe una plataforma electoral concreta y posible de llevar a cabo y van a largar una campaña con demagogia como lo hacen desde siempre.

Bajo esta premisa, es posible entender que nadie quiera asumir el rol de candidatearse a gobernador si el principal competidor presenta una plataforma, no solamente más consolidada, sino con evidencias de éxito como sucede en el Frente Renovador. La vocación de servicio y la capacidad para ejercer el poder desde un punto de vista más integral, incluyendo al misionero, lo hace ser parte de las decisiones.

En síntesis, mientras Juntos por el Cambio espera las definiciones y órdenes del centralismo porteño para decidir su estrategia, la Renovación sigue a paso firme defendiendo los intereses del pueblo misionero, con la lanza que heredaron de Andresito, frente a quienes no piensan en la tierra colorada como un territorio al cual atender.