La ONU considera que las acciones gubernamentales ayudarán a eliminar por completo el agujero en la capa de ozono.
La ONU y el medio ambiente
La Organización dice que la acción sobre la capa de ozono también ha sido un arma contra la crisis climática: los CFC también son gases de efecto invernadero y su uso sin control hubiera elevado las temperaturas globales hasta en un grado centígrado para la mitad del siglo, empeorando una situación ya de por sí desastrosa en la que los gases que calientan el planeta aún no disminuyen.
“La acción sobre el ozono sienta un precedente para la acción climática”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, quien presentó el informe de progreso, compilado cada cuatro años.
“Nuestro éxito en la eliminación gradual de los productos químicos que agotan la capa de ozono nos muestra lo que se puede y se debe hacer con urgencia para alejarse de los combustibles fósiles, reducir los gases de efecto invernadero y, por lo tanto, limitar el aumento de la temperatura”.
Compromiso con la Tierra
La respuesta global unificada a la gestión de CFC significa que el Acuerdo de Montreal debe considerarse como “el tratado ambiental más exitoso de la historia y ofrece un estímulo para que los países del mundo se reúnan y decidan un resultado y actúen en consecuencia”, dijo David Fahey, científico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica que fue el autor principal de la nueva evaluación.
El progreso no siempre ha sido lineal: en 2018, los científicos detectaron un aumento en el uso de CFC, lo rastrearon hasta China y finalmente lo arreglaron.
Mientras tanto, el reemplazo de los CFC con otro grupo de productos químicos industriales, los hidrofluorocarbonos (HFC), ha sido problemático, ya que los HFC son gases de efecto invernadero y, por lo tanto, se necesitaba un nuevo acuerdo internacional, alcanzado en Kigali, para frenar su uso.
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